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jueves, 27 de junio de 2013

JACOB LUCHA CON DIOS

Génesis 28
28 Isaac llamó a Jacob, lo bendijo y le ordenó:
—No te cases con ninguna mujer de aquí de Canaán. Vete ahora mismo a Padán Aram, a la casa de Betuel, tu abuelo materno, y cásate allá con una de las hijas de tu tío Labán.Que el Dios Todopoderoso te bendiga, te haga fecundo y haga que salgan de ti numerosas naciones. Que también te dé, a ti y a tu descendencia, la bendición de Abraham, para que puedan poseer esta tierra donde ahora vives como extranjero, esta tierra que Dios le prometió a Abraham.
Así envió Isaac a Jacob a Padán Aram, a la casa de Labán, quien era hijo de Betuel el arameo, y hermano de Rebeca, la madre de Jacob y de Esaú.
Esaú supo que Isaac había bendecido a Jacob, y que lo había enviado a Padán Aram para casarse allá. También se enteró de que, al bendecirlo, le dio la orden de no casarse con ninguna cananea, y de que Jacob había partido hacia Padán Aram en obediencia a su padre y a su madre. Entonces Esaú se dio cuenta de la antipatía de su padre por las cananeas. Por eso, aunque ya tenía otras esposas cananeas, Esaú fue hasta donde vivía Ismael hijo de Abraham y se casó con su hija Majalat, que era hermana de Nebayot.

El sueño de Jacob en Betel

10 Jacob partió de Berseba y se encaminó hacia Jarán.11 Cuando llegó a cierto lugar, se detuvo para pasar la noche, porque ya estaba anocheciendo. Tomó una piedra, la usó como almohada, y se acostó a dormir en ese lugar. 12 Allí soñó que había una escalinata apoyada en la tierra, y cuyo extremo superior llegaba hasta el cielo. Por ella subían y bajaban los ángeles de Dios. 13 En el sueño, el Señor estaba de pie junto a él y le decía: «Yo soy el Señor, el Dios de tu abuelo Abraham y de tu padre Isaac. A ti y a tu descendencia les daré la tierra sobre la que estás acostado. 14 Tu descendencia será tan numerosa como el polvo de la tierra. Te extenderás de norte a sur, y de oriente a occidente, y todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti y de tu descendencia. 15 Yo estoy contigo. Te protegeré por dondequiera que vayas, y te traeré de vuelta a esta tierra. No te abandonaré hasta cumplir con todo lo que te he prometido.»
16 Al despertar Jacob de su sueño, pensó: «En realidad, el Señor está en este lugar, y yo no me había dado cuenta.» 17 Y con mucho temor, añadió: «¡Qué asombroso es este lugar! Es nada menos que la casa de Dios; ¡es la puerta del cielo!»
18 A la mañana siguiente Jacob se levantó temprano, tomó la piedra que había usado como almohada, la erigió como una estela y derramó aceite sobre ella. 19 En aquel lugar había una ciudad que se llamaba Luz, pero Jacob le cambió el nombre y le puso Betel.
20 Luego Jacob hizo esta promesa: «Si Dios me acompaña y me protege en este viaje que estoy haciendo, y si me da alimento y ropa para vestirme, 21 y si regreso sano y salvo a la casa de mi padre, entonces el Señor será mi Dios. 22 Y esta piedra que yo erigí como pilar será casa de Dios, y de todo lo que Dios me dé, le daré la décima parte.»

La guerra con Dios tiene el propósito de lograr la paz con Él.

1.  POR SU BONDAD DIOS NOS PERMITE PELEAR CON ÉL

¿Pelear con Dios? Imposible. ¿Quién puede osar levantarse contra su Creador? ¿Puede la vasija rebelarse contra el Alfarero? La lógica dice que no, excepto cuando consideramos la infinita misericordia de Dios, su prolongada paciencia y su admirable sabiduría.
   En la Biblia hay muchas personas que han luchado con Dios por algún tiempo, hasta lograr la paz con Él: Job, Moisés, Habacuc, Jonás y Pablo. El nombre terrenal más importante de la Biblia, Israel, significa “el que lucha con Dios”.
   ¿Quién era Jacob para que Dios le tolerara tanto? ¡Su vida era una vergüenza! Suplantó a su hermano, engañó a su padre, conspiró con su madre y abandonó su casa con problemas sin resolver. Pero Dios no nos ve por lo que somos, sino por lo que ha planeado hacer de nosotros. Nos valora por la promesa que ha hecho acerca de nosotros.

2.  EL PECADO NOS PRODUCE MIEDO ANTE DIOS.

El camino que Jacob tenía que tomar era oscuro, solitario, desconocido y peligroso. Las circunstancias hubieran sido atenuadas si el nieto de Abraham hubiera sido más espiritual, pero más bien, vemos en él un hombre muy pagano.
   De acuerdo, había buscado la bendición de Dios a través de su padre, pero ni los medios, ni los fines que usaba eran loables. Se parecía a muchos de nosotros que buscamos la bendición de Dios para nuestros viajes, negocios, bienes e hijos, pero “sin ningún compromiso”. Dios estaba ausente de su vida.
   La visita que Dios le hace por medio de la visión lo alarma. Se da cuenta que “en medio de la nada”, donde aparentemente estamos perdidos, allí está Dios. Y su presencia le causa horror.
   Puede ser que haya momentos, circunstancias, cuando usted se sienta perdido. Cuando piensa que solo puede contar con usted y su alma. Espere. Dios, por su promesa, no le abandonará.

3.  LA ESCALERA ES UNA FIGURA DE JESÚS.

La soledad y desolación de Jacob termina con la escalera. Allí, desde el cielo, Dios extiende el camino para conectar el cielo con la tierra y permitir el libre tránsito de Dios y los ángeles.
   Jacob dice que es un lugar terrible. Por un lado la emoción de la presencia protectora de Dios le consuela, pero por otro, su alejamiento de Dios le hace que tiemble ante el Dios Santo.
   Jesús dice que Él es la Escalera a través de la cual Dios tiene contacto con el hombre: “-Ciertamente les aseguro que ustedes verán abrirse el cielo, y  a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre” Jn. 1:51.
   En Cristo, el Dios lejano se hace cercano; el Dios ausente se hace presente; el Dios trascendente se hace inmanente; el Dios invisible se hace visible; el Dios inaccesible se hace vecino; el Dios se hace hombre.

4.  LA GRACIA ATRIBUYE VICTORIA AL DERROTADO. 32: 2 - 30

Puede ser que usted haya sido en su pasado un Jacob, luchó con Dios y obtuvo la paz. O tal vez es testigo de cómo un familiar suyo está actualmente peleando con Dios a brazo partido. Lloramos y reímos ante tales espectáculos.
   Ninguno que se atreve a pelear con Dios saldrá bien librado. Dios es omnipotente, nosotros criaturas minúsculas. Dios es el Rey del universo, nosotros sus súbditos pequeños. Pero igual que un fuerte y amoroso padre, le permitirá a su bebé pequeñas luchas, Dios nos permitirá por algún tiempo pelear con él. Terminaremos con cicatrices de alguna sarna, rengueando de una pierna, manchados con ácidos de ballena, o medio ciegos por la gloria de Dios, pero por su preciosa gracia, sobreviviremos.
   La victoria de Jacob consistió en seguir vivo. No merecía la vida, pero su guerra era de oración: suplicó la bendición. Usó la fuerza que Dios le había dado: la fe, la oración y la promesa. No quiso soltarse de Dios hasta recibir su bendición. ¿Qué importa perder una habilidad física? “La misericordia de Dios es mejor que la vida” (Sal. 63:3). 
Si usted actualmente se encuentra peleando con Dios, ya sea una luchita o una franca guerra con Él, la historia nos advierte: Sólo use las armas que Dios mismo la ha dado: la fe, la oración, las promesas, la gracia de Dios. Lo mejor es rendirse para no quedar con cicatrices dolorosas. Suplique la bendición y rindase al Señor de la gracia. 

Pastor Moisés Brito Valeras

domingo, 23 de junio de 2013

LA MISIÓN DE LA IGLESIA

Efesios 1:1-14 
Pablo, apóstol de Cristo Jesús por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Éfeso: Que Dios nuestro Padre y el Señor Jesucristo les concedan gracia y paz.

Bendiciones espirituales en Cristo
Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual en Cristo. Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha delante de él. En amor nos predestinó para ser adoptados como hijos suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su voluntad, para alabanza de su gloriosa gracia, que nos concedió en su Amado. En él tenemos la redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia que Dios nos dio en abundancia con toda sabiduría y entendimiento. Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad conforme al buen propósito que de antemano estableció en Cristo, 10 para llevarlo a cabo cuando se cumpliera el tiempo: reunir en él todas las cosas, tanto las del cielo como las de la tierra.
11 En Cristo también fuimos hechos herederos, pues fuimos predestinados según el plan de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su voluntad, 12 a fin de que nosotros, que ya hemos puesto nuestra esperanza en Cristo, seamos para alabanza de su gloria. 13 En él también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados con el sello que es el Espíritu Santo prometido. 14 Éste garantiza nuestra herencia hasta que llegue la redención final del pueblo adquirido por Dios, para alabanza de su gloria.

 1. ALABAR A DIOS POR LA GRACIA DEL PADRE

Nerviosa, pero emocionada, Laura se subió a un kayak individual para experimentar una travesía de rafting en unos rápidos. Después de sujetarse a la canoa, se lanzó por el río con un grupo de guías y de aficionados a los kayaks. Laura se puso aún más nerviosa cuando vio las cascadas que estaban por delante. De pronto, cuando el kayak voló por el aire y cayó en los rápidos, se volcó. Le habían enseñado cómo salir rápidamente en caso de que eso sucediera. Sin embargo, al estar de cabeza, bajo el agua, se desorientó y no pudo encontrar la barra para liberarse. Justo cuando se preparaba para encontrarse con Dios, la ayuda llegó y se salvó. Su corazón se desbordaba de gratitud por haber sido salvada de una muerte segura.
    El apóstol Pablo comienza su carta a los Efesios abriendo su corazón en una profusa exclamación de alabanza por la salvación que el Padre Eterno en su gracia le concedió. Su canción de gratitud nos enseña la misión más alta de la iglesia, que es la de alabar al Trino Dios por la obra maravillosa de redención. No hay tarea más gratificante y gozosa que alabar a nuestro Padre, porque Él: nos bendijo sin medida, nos escogió de entre los perdidos, nos predestinó para su gloria, nos hizo aceptables a Él, derrochó su sabiduría en nosotros, nos reveló su voluntad y nos hizo coherederos con su Hijo Jesucristo. Hay sobrada razón para que la iglesia estalle en gloriosa alabanza a Dios.

2. ALABAR A DIOS POR LA REDENCIÓN DEL HIJO

En 2014 se proyectará la película “Los 33”, que protagonizarán Jennifer López y Antonio Banderas. El filme narra  la historia de los 33 mineros rescatados en 2010 de la mina “San José”, en Copiapó, Chile. ¿Por qué esta historia ha captado la atención de la humanidad? Porque en muchos sentidos representó un desafío inmenso para el rescate. En primer lugar fue un milagro de vida, y después, una proeza humana. La estrella del salvamento se llama “La cápsula Fénix”,  un artefacto de 4 mts. De altura por 53 cms. de diámetro; con ella se rescatarían a 33 mineros, que estaban a 700 mts. bajo tierra, que llevaban 70 días sepultados y para ello había que atravesar varias capas de dura roca. En ella, uno a uno, los mineros fueron trasladados de la muerte a la vida.
    Pablo alaba al Señor porque en Cristo hemos sido trasladados de la prisión del pecado al reino de Dios; es en Cristo en quien fuimos bendecidos espiritualmente, escogidos para ser salvos, predestinados a la vida eterna, aceptados por Dios, perdonados para siempre, recibimos la herencia eterna, tenemos esperanza y fuimos sellados por el Espíritu Santo. 

3. ALABAR A DIOS POR EL SELLO DEL ESPÍRITU

¿Qué garantía tenemos de que nuestra elección sea permanente,  que la adopción será incondicional, que el perdón de nuestros pecados  es definitivo y que nuestra herencia está segura?
    Dios nos puso su marca con el sello que es su Espíritu Santo. En una sociedad de mentiras, infidelidad, traiciones y deslealtad, el corazón humano necesita un fundamento que le brinde seguridad.
    Jean – Paul Sartre, filósofo ateo del siglo pasado, murió desesperado buscando seguridad. En 1980, débil por la enfermedad escribió: “Vuelve a tentarme la desesperación: la idea de que esto no acabará nunca, que no hay meta, que sólo hay pequeños fines particulares por los que nos batimos. Se hacen pequeñas revoluciones, pero no hay un final humano, no hay algo que interese al hombre, sólo hay desórdenes... Ese pensamiento llega a tentarte sin cesar, sobre todo cuando uno es viejo… En cualquier caso, el mundo parece feo, malo y sin esperanza. Eso es la desesperación tranquila de un viejo que morirá dentro de él. Pero justamente resisto y sé que moriré en la esperanza, pero esta esperanza necesita un fundamento.”
La base de seguridad que Dios nos dio para garantizar la completa posesión de nuestra herencia, es la presencia permanente de su Santo Espíritu con nosotros. El Espíritu es el custodio fiel del pueblo que Dios adquirió con la sangre de su Hijo. 

 4. ALABAR A DIOS POR TODA SU BENDICIÓN 

Vivimos en una nueva realidad, en un estado de nueva vida. Pablo desarrollará en seis capítulos lo que aquí toca ligeramente. Tenemos la vida eterna, somos hijos adoptivos de Dios, hemos resucitado con Cristo, estamos sentados en lugares celestiales con Cristo, somos un pueblo amado por Dios y somos la comunidad con puertas abiertas para que el mundo se una a la sinfonía de la adoración a Dios.
    El evangelismo, la labor social, la mayordomía, la educación cristiana, son medios para alcanzar el verdadero fin. Son estrategias locales y temporales para alcanzar la verdadera misión de la iglesia: que “seamos para alabanza de su gloria”.

    Decida hoy: “Señor, quiero vivir una vida para la alabanza de tu gloria; que cuando vaya a trabajar, mi trabajo sea una manera de alabar tu gloria; quiero que mi matrimonio sea para alabanza de tu gloria; quiero que mi carrera, la desarrolle de tal modo que sea para alabanza de tu gloria; quiero que todos mis logros sean para alabanza de tu gloriosa gracia. En Cristo, Amen”
                                              Pastor Moisés Brito Valeras

TRANSFORMAOS

Romanos 12:1,2
"1Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta."

Mientras vivamos en un mundo caído en el pecado y su miseria, siempre existirán héroes imaginarios que salven a la raza humana. Las compañías cinematográficas han recaudado ganancias millonarias produciendo películas sobre Batman, el Hombre Araña, Iron Man y Supermán.
    Por cierto, algunas características de Supermán lo hacen muy semejante a un Súper héroe de la Biblia: No es de este mundo; tiene un padre real y uno adoptivo; es enviado por su padre a este mundo con una misión; comienza su carrera después de treinta años; afirma la fe, la esperanza, el servicio y el sacrificio; su misión es salvar a la raza humana. Así que si el hombre ha de ser salvado, no será por alguien de este mundo. El Super Héroe de la Biblia es Dios, y Él no solamente nos salva, sino se constituye en nuestro modelo a imitar.

1.   DIOS NOS LLAMA A UNA VIDA DE DISCOFORMIDAD

En los primeros capítulos, el Apóstol Pablo explica el maravilloso plan de Salvación que Dios ejecuta a favor de los hombres. Ahora, nos insta a que, motivados por la gratitud a esa misericordia, nos rindamos consciente, alegre y totalmente a nuestro Dios,  como una ofrenda viva.
Que estemos en disconformidad con el mundo y conformes al modelo diseñado por Dios. No solo dejar de codiciar, mentir, odiar, chismear y todas esas cosas. Sino ser como Dios; dejar que Dios moldee su imagen en nosotros. Que sigamos el modelo enviado a Belén, y pongamos en práctica la bondad, la fe, la misericordia, el autodominio y todas las virtudes divinas. El Espíritu Santo es el poder siempre disponible para moldear nuestra vida.

2.   DIOS NOS LLAMA A UNA VIDA DE TRANSFORMACIÓN

Jason Bohn era estudiante universitario cuando convirtió un hoyo en un solo golpe jugando al golf y ganó un millón de dólares. Aunque otros podrían haber despilfarrado ese dinero, Jason tenía un plan. Como deseaba ser profesional de ese deporte, usó el premio como un fondo para vivir y entrenarse, y mejorar su talento deportivo. Su inversión le dio sus dividendos cuando ganó el torneo B. C. Open de 2005 de la Asociación de Golf Profesional. Sin duda, su decisión de invertir a largo plazo en vez de vivir el momento fue sabia.
    El Señor nos ha llamado a invertir nuestros dones para el futuro. Gastamos tiempo, esfuerzo y atención en nuestra salud, apariencia y bienes terrenales. Usemos la palabra de Dios, el poder del Espíritu Santo y nuestras facultades regeneradas para transformar nuestro carácter hacia la excelencia, a una vida de pureza y santidad.

3.   DIOS NOS LLAMA A UNA VIDA DE RENOVACIÓN

Nos cuenta mi hija Ana, que su bebé, con tres meses de nacida ya probó por primera vez su papilla de plátano. Le divirtió los gestos que hizo, pero se comió la papilla. La vida de un bebé es comer y dormir. Así crecen. Su cuerpo va exigiendo una dieta cada vez más rica.
    Esta debería ser la vida de un creyente en Cristo, nunca debe dejar de crecer. Debe alejarse del molde del mundo, transformar su vida y conformarse a la imagen de Dios. Para ello el apóstol Pablo dice que debemos renovar nuestro entendimiento con la Palabra de Dios. La educación cristiana, en casa, en la vida personal y en la iglesia, tiene el propósito de transformar la totalidad de nuestra  vida.

4.   DIOS NOS LLAMA A UNA VIDA DE SANTIFICACIÓN

Los leones que se pasean por la reserva de animales Masai Mara, en Kenia, parecen inofensivos. Se revuelcan sobre pequeños arbustos; se restriegan la cara contra las ramas peinando sus magníficas melenas; beben tranquilamente de los  arroyos; caminan sin prisa por el terreno lleno de matorrales. El único momento en que se les ven los dientes es cuando bostezan. La razón por la cual pueden estar tan relajados es que no tienen nada a qué temerle: ni escasez de comida ni depredadores naturales. Pero los leones son los animales más fuertes y feroces que existen. Con un solo rugido hacen que todos los demás huyan. Dios es comparado con un león.
    ¿Cómo podemos nosotros vivir tranquilos, confiados, seguros, y ser felices? Siendo como Dios. La Biblia dice que el Señor en su gracia nos ha justificado otorgándonos todos los méritos de Cristo. Pero la justificación por gracia no es una licencia para pecar, es la base para avanzar en el proceso de nuestra santificación, hasta llegar a la estatura del Varón Perfecto.

5.   DIOS NOS LLAMA A UNA VIDA DE JUSTICIA

¿Cuántos de ustedes desean de todo corazón llegar a ser justos? ¿Por qué sí, o por qué no? Lea lo que Jesús dice a sus seguidores en la conclusión de su sermón más famoso, en Mateo 6:33. Es la  única opción para entrar al reino de Dios.
    La biblia tiene listas y listas de pecados, internos y externos, ocasionales y habituales, que desembocan en la condenación eterna. Nuestra búsqueda suprema no es disminuir nuestros pecados, es ser santos. Ser puros. Ser justos, como Cristo, el JUSTO.
Tome un momento para decidir qué hará esta semana para invertir en la santificación de su carácter. Háblelo con Dios.
Pastor Moisés Brito Valeras

jueves, 20 de junio de 2013

EL HOMBRE FUERTE DE LA CASA

“Manténganse alerta; permanezcan firmes en la fe; sean valientes y fuertes." 
1 Co.16:13
“Cuando un hombre fuerte y bien armado cuida su hacienda, sus bienes están seguros." Lc. 11:21

Hoy le ofrezco a mi padre un homenaje póstumo con este título: El hombre fuerte. Recordando las situaciones que más me causaban temor en la vida, puedo recordar a mi padre saliendo al frente para enfrentar los más grandes peligros. Recuerdo claramente una ocasión cuando al regresar del campo a la casa, una copiosa tormenta nos dificultaba el camino a mi padre, mi hermano mayor y yo. Pero que el cielo se cayera no era nada comparado con la escena al ver el río desbordado que cortaba nuestro largo camino a casa. Grandes piedras, basura, árboles completos, todo era arrastrado por la fuerza descomunal del río. Mis hermanos y yo quedamos paralizados. ¿Nos quedaríamos a la rivera esperando toda la noche hasta que alguien viniera en nuestra ayuda? ¿Moriríamos ahogados tratando de atravesar a nado ese ancho y turbulento río? Pero, ahí estaba el hombre fuerte, con machete en mano comenzó a abrir una brecha por la ladera de la montaña hasta atravesarla y llevarnos a una carretera que nos condujo a un puente por donde pudimos atravesar en seco. ¡Qué tranquilidad sentíamos al caminar al lado de aquel hombre fuerte!

En otra ocasión, la muerte visitó nuestra casa. Dos perros infectados con rabia llegaron a nuestro patio ladrando y atacando a quien encontraran en su camino. La gente estaba informada que la rabia en los humanos era fatal; en la mayoría de los casos la gente contagiada moría. La manera simple en que una persona se contagiaba era por la mordedura de un perro rabioso. Las víctimas más débiles eran los niños. En nuestra casa estábamos tres niños. El pánico cundió en la familia ante aquel cuadro de violencia y feroces gruñidos. Corrimos a escondernos. Pero ahí estaba el hombre fuerte, saltando con su machete hacia el patio, donde se mordían ferozmente entre sí los perros. Se oyeron fuertes alaridos y estertores de muerte. Y luego, silencio. Mi padre entraba tranquilo, triunfante, para brindar tranquilidad a su asustada familia. “Se acabó”—dijo. ¡Cuánta alegría era descansar en los brazos de aquel hombre fuerte!

Mencionaré un caso más de tantos donde pude ver actuando a aquel hombre fuerte. Como muchos niños de mi época enfrenté al sarampión. Esta era una enfermedad infecciosa muy molesta y prácticamente sin remedio. El cuerpo se cubre de sarpullido y entra en un estado de constante fiebre y debilidad. El único remedio era el aislamiento por cuarenta días. Yo me sentía morir. Eran días, y días, tirado en la cama sin poderme cubrir a causa de las manchas rojas que supuraban en todo mi cuerpo. ¿Cómo me sostuvo durante esos días el hombre fuerte? Todos los días que estaba en casa entraba a mi cuarto, se sentaba a mi lado, abría el libro de los salmos, me leía pasajes que confortaban mi corazón, luego ponía su mano en mi cabeza y oraba por mí. Al final, tomaba una toalla y me refrescaba el cuerpo agitándola frente a mí. Mi temor y soledad se disipaban cuando veía su rostro confiado y optimista. Era el hombre fuerte, fuerte en su fe, fuerte en su carácter, fuerte en su confianza en Dios, fuerte al protegernos, fuerte al amar a nuestra madre, fuerte al tomarse de la mano de Dios.

Creo que todos los hogares necesitan un hombre, o una mujer, fuerte. Fuerte en Dios. Nuestros hijos ven en nosotros un reflejo de la fuerza de Dios. Si nosotros manifestamos un carácter débil, nuestros hijos se reirán de nosotros; si nosotros tenemos una fe débil, formaremos hijos inseguros; si nosotros no tenemos una fuerte confianza en Dios, el miedo dominará el corazón de nuestros hijos. Sé el héroe real de tus hijos. Sé fuerte en Cristo.

“Sean fuertes y valientes. No teman ni se asusten ante esas naciones, pues el Señor su Dios siempre los acompañará; nunca los dejará ni los abandonará.” Dt. 31:6


Pastor Moisés Brito V.

domingo, 2 de junio de 2013

LA ADORACION GENUINA

Salmo 95

Vengan, cantemos con júbilo al Señor;
    aclamemos a la roca de nuestra salvación.
Lleguemos ante él con acción de gracias,
    aclamémoslo con cánticos.
Porque el Señor es el gran Dios,
    el gran Rey sobre todos los dioses.
En sus manos están los abismos de la tierra;
    suyas son las cumbres de los montes.
Suyo es el mar, porque él lo hizo;
    con sus manos formó la tierra firme.
Vengan, postrémonos reverentes,
    doblemos la rodilla
    ante el Señor nuestro Hacedor.
Porque él es nuestro Dios
    y nosotros somos el pueblo de su prado;
    ¡somos un rebaño bajo su cuidado!
Si ustedes oyen hoy su voz,
    no endurezcan el corazón, como en Meribá,
    como aquel día en Masá, en el desierto,
cuando sus antepasados me tentaron,
    cuando me pusieron a prueba,
    a pesar de haber visto mis obras.
10 Cuarenta años estuve enojado
    con aquella generación,
y dije: «Son un pueblo mal encaminado
    que no reconoce mis senderos.»
11 Así que, en mi enojo, hice este juramento:
    
«Jamás entrarán en mi reposo.»

LA ADORACIÓN  GENUINA

La adoración genuina consiste esencialmente en cantos alegres y oración sincera que nacen de un corazón redimido atento a la Palabra de Dios y una conducta obediente a sus mandatos.
     En la Escritura hay testimonios de una adoración equivocada que no glorifica a Dios.

Caín trajo una ofrenda para recibir alabanza
Balaam bendecía al pueblo para recibir ofrendas
Saúl seleccionó animales para el sacrificio del anatema
Los israelitas adoraban levantando sus manos sangrientas
Los fariseos oraban alabándose a sí mismos
Los corintios hacían su “Show de la fe” por carnalidad
Los laodicenses, ricos y sofisticados, adoraban con tibieza.

¿Qué características tiene una adoración genuina?

1. DOS ACTOS PRINCIPALES: CANTAR Y ORAR. v.1
    La adoración es un encuentro entre Dios y su pueblo, donde el primero invita, y el otro asiste para celebrar a Dios mediante el canto y la oración. El culto incluye muchos elementos, pero predominantemente consiste en cantar y orar. El Señor me ha permitido estar en otros países, pero el modelo de adoración no varía significativamente.
    Si viajáramos en el tiempo para asistir a un culto en los días del rey David, o nos sentáramos con San Agustín para adorar, veríamos casi el mismo modelo que conocemos.
    ¡Cante con alegría y ore con humildad, porque Dios es nuestro Salvador!

2. DOS MOTIVOS SINCEROS: GRATITUD Y ALABANZA. v. 2
    Cuando reconocemos que Dios nos salva de la condenación eterna y nos protege diariamente como una roca, entonces el corazón se llena de gratitud y alabanza.
    No cantamos porque nos guste el himno, o porque los demás estén cantando, cantamos porque estamos agradecidos en la presencia de Dios; porque reconocemos los favores recibidos, porque admiramos su gracia, su poder, su fidelidad. El culto será aburrido cuando hacemos las cosas mecánicamente, cuando adoramos distraídos, cuando no entendemos lo que estamos diciendo, ya sea en el canto o en la oración.
    ¡Comience a agradecer y alabar a Dios antes de llegar al culto!

3. POR DOS ATRIBUTOS DIVINOS: SOBERANO Y CREADOR. vv.3-5
    La adoración será espontánea, desbordante y sincera, cuando experimentemos la presencia de Dios y lo conozcamos como Soberano y Creador.
    Aquí está la razón de nuestro júbilo y reverencia: Dios es Señor, el gran Rey sobre todos los dioses. Sobre el dinero, el hombre, la muerte, los demonios o Satanás. No hay un rincón del universo.  No hay un poder que no esté sujeto a su gobierno.
    Los hombres pueden explorar los abismos bajo el mar, ascender a las montañas más altas, o sondear lo más lejano del universo sabiendo que pisan terrenos bajo el dominio del Creador.

4. POR DOS ACTOS DIVINOS: SALVA Y PASTOREA. vv. 6,7a
    Toda la humanidad es convocada a adorar a Dios como Creador Soberano, pero realmente, solo el redimido es recibido ante el trono de la gracia, no por sus méritos, sino por el Pacto de gracia que Dios celebró con sus escogidos. Este pacto incluye en su esencia la fe en Jesucristo, el Mesías prometido que con su muerte hizo efectivas las bendiciones de nuestra salvación. El corazón del pacto es “Yo seré vuestro Dios, y vosotros seréis mi pueblo”.
    El Señor, al librarnos del pecado, nos reclama como su propiedad, y nos adopta como su rebaño para pastorearlo para siempre, tanto en nuestra vida terrenal, como en nuestra existencia en la eternidad.

5. DOS PROPÓSITOS FIRMES: OÍR Y CONOCER. vv. 7b-11
    El centro de la adoración es la voz de Dios. Dios nunca está callado, y menos en el culto. La adoración genuina consiste esencialmente en oír a Dios y conocerlo cada vez más.
    La exposición de la Biblia es el punto principal del culto. La adoración que centra su atención en la música, la convivencia, las sanidades o la prosperidad financiera, solo es una parodia de lo que Dios llama adoración.
    Atender a la palabra de Dios nos llevará a conocer más a Dios, y su manera de actuar con nosotros, y eso transformará nuestro pensamiento, nuestros afectos, nuestras actitudes y nuestra conducta. El conocimiento evitará que le deshonremos con nuestras rabietas y rebeldía.
    Oír a Dios, y conocerlo, nos llevará a una vida de paz y descanso. Esa paz de Dios será una realidad ahora y en la eternidad.