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martes, 15 de enero de 2013

PROPÓSITO DE AÑO NUEVO



Pablo en Mileto
“Pero de ninguna cosa hago caso ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios.” 
Hechos 20:24

    Un padre de familia llevó a sus dos hijas a la zona de juegos de un parque. Encontró una alberca de pelotas de un metro con veinte centímetros de profundidad. En el centro había una pequeña base con unos cañones de aire para meter las pelotas y lanzarlas. Los niños se meten a la alberca, agarran pelotas, las colocan sobre los agujeros y ¡Yupiiii!… las pelotas vuelan.
    La hija mayor, Juanita, lo hizo muy bien. En cambio Andrea, de tres años de edad, tuvo dificultades. Ni bien entró en la alberca, se cargó los brazos de pelotas. Ahora, es bastante difícil avanzar por la alberca hundido en pelotas hasta la cintura con los brazos levantados haciendo equilibrio. Y con los brazos cargados resulta imposible.
    Andrea dio un paso y se cayó. Intentó incorporarse luchando sin soltar las pelotas. No podía hacerlo. Comenzó a llorar. El papá caminó hasta el borde de la fosa.
    —Andrea —dijo suavemente—, suelta las pelotas y podrás caminar.
    —¡No! —gritó, mientras se sumergía debajo de las pelotas. Su padre extendió sus brazos y la levantó. Ella seguía aferrada a su montón de tesoros.
    Andrea —dijo su padre sabio y paciente—, si sueltas las pelotas, podrás caminar. Además, hay muchas pelotas cerca de la base.
    —¡No!
    Dio dos pasos y se volvió a caer.
     No se permite que los padres entren a la alberca. El padre intentó alcanzarla desde la orilla, pero ya no pudo. Estaba en algún punto debajo de las pelotas, así que nuevamente le habló.
    —Andrea, suelta las pelotas para que te puedas levantar.
    ---¿Noooo!
    —Andrea —dijo su padre un poco molesto—. No te podrás levantar a menos que sueltes las…
    —¡¡¡¡¡Nooooo!!!!!
    —Juanita, ven a ayudar a tu hermana para que se pueda levantar.
    A estas alturas la escena ya era un show para la gente que estaba cerca. Juanita se desplazó por el mar de pelotas hacia el lugar donde estaba sepultada su hermanita. Metió la mano buscando a Andrea para ayudarla a levantarse. No tuvo la fuerza suficiente. Andrea seguía aferrada a las mismas pelotas que había agarrado desde el principio. Juanita se enderezó y sacudió la cabeza.
    —No la puedo levantar, papá.
    —¡Andrea! —dijo con fuerza su padre, ¡suelta las pelotas para que te puedas levantar! El grito que venía de lo profundo de las pelotas sonaba apagado, pero claro.
    —¡¡¡¡¡Nooooo!!!!!
    —Juanita —dijo su padre enojado—. Quítale las pelotas a tu hermana.
    Juanita se zambulló, hurgando entre las pelotas como un cachorro que cava en la tierra. Olas de pelotas se hacían en la superficie mientras las dos luchaban a muerte abajo.  Con desaliento el padre lanzó una mirada de súplica al vigilante de los juegos. No tuvo que decir palabra.
    —Entre —le dijo.
    Levantó a su pequeña Andrea y la llevó hasta la base de los cañoncitos de aire. En todo el proceso ella nunca soltó sus pelotas.
    ¿Qué es lo que lleva a los niños a inmovilizarse aferrándose tan fuertemente a los juguetes? Sea lo que sea, lo aprendieron de sus padres. Nosotros nos mantenemos aferrados a la vida. Difícilmente podrá alguien arrancarnos de nuestros tesoros terrenales. (Max Lucado)
    Reflexionando en el texto, podemos determinar una resolución bíblica para el año 2013. Es la resolución de Pablo, es la mía, y puede ser la suya si lo desea.

1.ESTIMARÉ MI VIDA POR SU UTILIDAD EN EL REINO DE DIOS.  
“Pero de ninguna cosa hago caso ni estimo preciosa mi vida para mí mismo, declara el misionero. La mayoría valora la vida por lo que ella es en sí misma. La vida por la vida misma. Vivir por vivir. Y todos queremos un buena vida, cómoda, segura, saludable, exitosa. Pero Dios no nos permite ese pensamiento. La vida sólo tiene valor cuando se invierte en el avance del reino de Dios. “Buscad primeramente el reino de Dios” (Mt. 6:33), dice Jesús. También dijo que “todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará” (Mt. 16:25). Reconocemos que por sobre todos los poderes del mundo está el poder de Dios, y que Él es la solución a los problemas de nuestro país. El alcoholismo, la drogadicción, los suicidios, la corrupción y la violencia se terminarán cuando el reino de Dios venga al corazón de los hombres. Nuestra vida tendrá verdadero valor cuando por medio de nosotros hagamos venir ese reino a los que nos rodean. De otra manera, nuestra vida puede ser exitosa a nuestros ojos, pero inútiles a los ojos del Creador.

2.    ME ESFORZARÉ POR SER FIEL EN MI VIDA CRISTIANA.  
“Con tal que acabe mi carrera con gozo” dice el apóstol. La carrera del cristiano se refiere a su vida cristiana, en la forma que le corresponda. Todos nos esforzamos por ser fieles en algo, ya sea en la carrera vocacional, en el trabajo, en el quehacer de la casa, en una relación de pareja, o en nuestra rutina diaria. Hay cosas que hacemos “religiosamente”, menos cumplir con nuestra vida cristiana. La carrera a la que el apóstol se refiere es a su vida espiritual, su compromiso con la Palabra de Dios, su obediencia al Espíritu Santo, su llamado como apóstol, al ejercicio de sus dones, al cuidado, entrenamiento, y comunión con los demás creyentes, pero sobre todo a cumplir con su misión de ganar almas para el reino de Dios.
Concentrarnos en la carrera evitará que nos distraigamos con cosas insignificantes como los bienes materiales, los placeres carnales, la ambición de poder, y la pasión por las posiciones en el mundo.

3.    RECIBIRÉ CON ALEGRÍA EL MINISTERIO QUE CRISTO ME ASIGNE.  
Y el ministerio que recibí del Señor Jesús”, agrega el autor. Hoy, hay muchos que se creen apóstoles, como si tal designación significara un fuero. Pero desde que el Señor lo llamó le dijo a Ananías que fuera a orar por él porque “yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.” (Hc. 9:16). Ese era el ministerio de Pablo, ser apóstol, con todas las aflicciones que eso significaba. Pero ni todos los padecimientos juntos se podían comparar con el valor del propósito del mismo y los resultados que Cristo traería al ejercerlo. La gratitud en el corazón del apóstol lo impulsaba a considerar su ministerio como un gran privilegio recibido de manos del Señor Jesús. Este es el concepto que todos debemos tener de los ministerios que hayamos recibido en la iglesia. Aparte de nuestras vocaciones para desarrollar en el mundo, todos somos llamados por el Señor Jesucristo a ejercer un ministerio en la comunidad del reino de Dios. Si usted actualmente no está desarrollando ningún ministerio, es el tiempo de recibir ese ministerio al que se ha estado resistiendo desde hace mucho. Es Jesús el que nos llama a servir como Él lo hizo.

4.    CUMPLIRÉ CON EXCELENCIA MI SERVICIO PARA LA GLORIA DE DIOS.  
“Y lleve a cabo el servicio que me ha encomendado”. Todos hemos sido llamados a ser siervos. No todos tendremos el mismo tipo de servicio dentro del reino de Dios. Hay una diversidad de ministerios: músicos, maestros, ujieres, diáconos, consejeros, líderes de jóvenes, según sea nuestro talento y llamado, pero todos tenemos que cumplir en calidad de siervos. Por haber recibido este cargo de manos del Señor Jesús, y porque ante él daremos cuenta de los resultados, entonces tenemos que realizar nuestro servicio con una calidad de excelencia, de tal modo que Dios sea glorificado con los frutos. Los aplausos son atractivos y adictivos, muchos siervos se han visto atrapados por su hechizo y se han desviado del propósito del servicio: Glorificar a Dios. Ningún siervo de Dios ha dejado tan claro registro de la excelencia, la disciplina y buen propósito de su servicio que el apóstol Pablo. Haga suyo su propósito para este año que inicia.

5.    USARÉ MI OCUPACIÓN PARA COLABORAR EN EL REINO DE DIOS.  
“Para dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”. No todos somos llamados para ser predicadores de tiempo completo, como el apóstol. Pero, dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios, no es tarea exclusiva de los pastores. El llamado a la misión es para todos los creyentes. Además, el apóstol utilizaba su habilidad como fabricante de tiendas para sostener su ministerio. La ocupación que tengamos debe servir como un vehículo, un instrumento, una fuente de recursos o una oportunidad para “dar testimonio del evangelio de la gracia de Dios”. Debo preguntarme cuál es el propósito más alto por el cual Dios me dio este empleo. Debo preguntarme de qué manera Dios está usando mi carrera, empleo o posición para extender su reino. Nuestra fuente de vida es Dios, y nuestra meta última es Dios, así que sus intereses son más importantes que los míos en mi ocupación. No hay mejor inversión que rindiendo nuestra vida a nuestro Creador. Ninguna ocupación dejará más impacto en el mundo que el testimonio del evangelio.

6.    ESTIMARÉ EL EVANGELIO DE JESÚS COMO MI MAYOR TESORO.  
“Dar testimonio del evangelio de la gracia”. Suponga que el carácter de Dios, con toda su majestad, poder, justicia y santidad es como un huracán ante nuestro negro pecado, y que su gracia es como el ojo de ese huracán. En ningún lugar hallará más paz que en el ojo del huracán. Allí hay silencio y quietud. Alrededor hay juicio, destrucción y devastación. El evangelio es el túnel para llegar al ojo del huracán y encontrar la paz con Dios.
    Nuestro mundo enfrenta el juicio justo de Dios; los males tambalean las estructuras políticas, sociales, económicas y religiosas, no hay escape. Dios está enojado con el sistema del mundo. Dios está cansado de la idolatría, las supersticiones, la inmoralidad, la corrupción y las mentiras religiosas. No tenemos por qué esperar que Dios premie la maldad con salud, prosperidad y felicidad. El único modo de enderezar el camino del hombre es el evangelio de Jesucristo. Por ello el evangelio es el mayor tesoro que Dios podría darnos para la paz en la humanidad.

7.    ESTARÉ DISPUESTO A PAGAR EL COSTO DEL LLAMADO DE DIOS.  
Ser testigo sincero de Cristo tiene sus costos. Basta con mirar la historia de la iglesia para darnos cuenta de que seguir a Cristo no es para cobardes. Los paganos nos tildarán de herejes; los ciegos espirituales nos acusarán de ignorantes; los políticos poderosos nos negociarán para asegurar sus posiciones; los falsos cristianos pedirán nuestras cabezas. El contexto de las palabras del apóstol Pablo nos muestra que él estaba a punto de entrar a la boca del lobo. Iba a Jerusalén, donde le esperaban persecución, cárceles y sufrimiento; pero nada le amedrentaba, ni siquiera las predicciones que los profetas hacían por revelación del Espíritu Santo. Pablo sabía que este sería el modo de lograr un mayor impacto con el evangelio en el mundo judío y romano. Su vida era un instrumento en las manos de Dios para que el evangelio corriera desde las mazmorras hasta el trono imperial. El llamado nos hace estar seguros ante cualquier amenaza aparente. 
                                                   
8.    INVITARÉ A OTROS A INTEGRARSE A LA CAUSA DE CRISTO. 
El apóstol no está solo. Dios ha levantado una estela de líderes que están dispuestos a dar su vida por la iglesia de Cristo. Recordemos que Pablo está de paso por Mileto, rumbo a Jerusalén, y en esa ciudad cita a los líderes de Éfeso para encargarles las iglesias de Asia Menor. Cuando Jesucristo confirmó el llamado de Pedro le preguntó enfáticamente: “Pedro, ¿me amas?… apacienta mis ovejas”. Si usted ama a Cristo, debe buscar a otros que se encarguen de las ovejas de Cristo. Todos somos importantes, pero ninguno de nosotros es indispensable. Todos somos útiles, pero no estaremos por siempre. Somos temporales, pero así como nosotros fuimos ganados por otros que se preocuparon por nuestra salvación y cuidado, así necesitamos entrenar a otros para que la iglesia siga creciendo por la palabra de ellos.  
Abraham trajo consigo a Lot; Moisés trajo a Josué, Elías llamó a Eliseo; Andrés invitó a Pedro; y Bernabé fue por Pablo. ¿Usted a quién invitará a colaborar en la obra de Cristo este año?
Pastor Moisés Brito Valeras

martes, 8 de enero de 2013

SUPERSTICIONES PAGANAS ENTRE CRISTIANOS



Desecha las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad” 
1 Timoteo 4:7

Propósito. Aportar algunas ideas que ayuden a los creyentes a desterrar las supersticiones de la iglesia.



INTRODUCCIÓN.

Todos hemos oído algunas de estas supersticiones: Los siete años de maldiciones por romper un espejo; tocar madera para repeler la mala suerte; temer un conflicto por soñar que se caen todos los dientes; poner una herradura en la casa del novio que se casa; miedo a la muerte por el canto de una lechuza; presentir una tragedia por la mariposa negra que se mete en casa; tirar el ramo hacia atrás creyendo que la que lo atrape será la próxima en casarse… etc.

Estudiaremos, con la ayuda de Dios el tema de Las Supersticiones, práctica generalizada que a veces ni siquiera nos percatamos de poseerla. Confrontaremos nuestras creencias con la Biblia, la única fuente de creencias provista por Dios.

La superstición se define como: “Creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón.” (REAL ACADEMIA ESPAÑOLA)


La superstición tiene tres causas:

1. Oseas 4:6. La ignorancia

La falta del estudio serio y sistemático de las Sagradas Escrituras hace que no confrontemos todas las supersticiones que hemos acumulado en nuestra mente, y que permanezcan allí moldeando nuestro estilo de vida. Muchas prácticas y temores provienen de nuestras creencias equivocadas que no hemos confrontado con la enseñanza de la Palabra de Dios.



2. Oseas 4:12. La credulidad

No importa la época en que vivamos, siempre hay gente crédula que, sin investigar y encontrar una explicación clara, se cree todo lo que los demás le digan. Se cree en fantasmas, ovnis, duendes, apariciones, brujería, leyendas urbanas, la llorona, el charro sin cabeza, remedios milagrosos, amuletos poderosos y oraciones mágicas. Es una tendencia humana para enfrentar el miedo a lo desconocido.



3. Mateo 15:1-6. El tradicionalismo

La mayoría de nuestras prácticas supersticiosas están enraizadas en la tradición, ya sea de los padres, de la comunidad en la que vivimos, o de nuestro pueblo mexicano. No las inventamos. Desde que nacemos ya están ahí y crecemos con ellas. Las creen nuestros familiares, vecinos, amigos de la comunidad y las leemos en muchas publicaciones; a veces inclusive, son diseminadas por la prensa amarillista, como el mito del “chupacabras” y el “agua de Tlacote”, y pasan sin problemas a formar parte de nuestras creencias.



4. Deuteronomio 18:9-14. El miedo

El miedo a lo desconocido, a los espíritus de los muertos, o a los poderes demoniacos, nos hacen creer en fórmulas sencillas, u objetos tangibles que contrarresten esos poderes. Prácticas como levantar la sombra del difunto, curar de espanto, curar el mal de ojo, las formas de quitar el hipo, fórmulas para atenuar la lluvia y fórmulas para ahuyentar los malos espíritus (“Cruz, cruz, que se vaya el diablo y que venga Jesús”). El miedo es causa de muchas supersticiones.



La solución es:



1.  Juan 8:31, 32. Conocer la verdad

2.  1 Juan 4:1. Realizar una autocrítica

3.  Salmo 46:1. Buscar ayuda solo en Dios

4.  Salmo 91:1,2. Tener una fe sencilla



CONCLUSIÓN. ¿Qué impulso despierta en nosotros el Espíritu Santo al considerar este tema y confrontarnos con la Palabra de Dios? Aportemos ideas de posibles respuestas a la Palabra de Dios en este estudio. 
Pastor Moisés Brito Valeras

viernes, 4 de enero de 2013

LA PALABRA PREPOTENTE



2 Pedro 3: 1 – 7

1Amados hermanos, ésta es la segunda carta que les escribo, y en ambas los he animado a tener presentes, con su mente pura, las palabras que antes pronunciaron los santos profetas, así como el mandamiento que el Señor y Salvador nos ha dado por medio de los apóstoles. Recuérdenlo. Pero antes deben saber que en los días finales vendrá gente blasfema, que andará según sus propios malos deseos y que dirá: «¿Qué pasó con la promesa de su venida? Desde el día en que nuestros padres murieron, todas las cosas siguen tal y como eran desde el principio de la creación.» Pero con toda intención se olvidan de que, desde la antigüedad, fueron creados los cielos por la palabra de Dios, lo mismo que la tierra, la cual proviene del agua y subsiste por medio del agua. Por eso el mundo de entonces fue destruido por una inundación. Pero esa misma palabra ha reservado los cielos y la tierra que ahora existen; los ha guardado para el fuego en el día del juicio y de la destrucción de los hombres perversos. 

La Palabra de Dios es la Palabra de Dios. Su Palabra revela su Mente, su Plan de salvación, sus juicios contra los malos, sus promesas para sus elegidos. Su carácter, sus principios morales, sus hechos gloriosos y sus decisiones inmutables.
Necesitamos leerla para conocerlo, creerla para ser salvos, estudiarla para ser sabios, practicarla para ser santos, predicarla para que otros sean salvos. Es luz que dirige, pan que sostiene y consuelo que fortalece. Es el mapa del viajero, el bastón del peregrino, la brújula del navegante, la espada del soldado y la carta magna del cristiano.
En la Palabra de Dios encontramos la Puerta al paraíso y las Señales que advierten del infierno. Ella explica el universo, está en su origen y su final, lo sostiene y lo dirige, está en su fundamento y su meta última. Su sustancia es Cristo y la Gloria de Dios su razón de ser. 

1. CONOCEMOS A DIOS POR LOS ENCUENTROS CON ÉL
Pedro se había encontrado de frente con la Palabra viva, y desde entonces reverenciaba la Palabra de Dios.
Mi Primer encuentro con Dios y su Palabra fue cuando estaba en la Preparatoria. Me di cuenta de que sus respuestas a mis preguntas eran de mayor peso que las preguntas que me dejaba sin resolver. En cambio, las respuestas que el mundo me daba eran de menor peso que las preguntas que me dejaba sin resolver. Decidí, que aunque la Biblia no me ofreciera todas las respuestas de la vida, era más seguro confiarle mi corazón a ella que al mundo. Allí comenzó Dios a transformar mi carácter, un trabajo que le ha llevado muchos años. Pero no estoy solo en esa experiencia, lo mismo puedo ver en Pablo camino a Damasco, Jacob en el valle de Jaboc, Isaías en el Templo y Moisés en Horeb y Pedro en la pesca milagrosa. 

2. CONOCEMOS A DIOS POR CONFRONTARNOS CON SU PALABRA.
Pedro determinó que sus experiencias con Cristo eran maravillosas, pero que la Profecía era más confiable. Las palabras de los profetas y apóstoles eran el fundamento confiable para la vida. La Palabra de Dios ha soportado los embates de la ciencia, la razón, los sentimientos y la moral, y ha demostrado ser imperecedera.
Mi segundo encuentro con Dios y sus Palabra fue en mis estudios en el Seminario. Tenía serios problemas con las doctrinas de los decretos de Dios y la predestinación. Pensaba que estas doctrinas distorsionaban a Dios y me presentaban una caricatura de lo que yo concebía como Dios. Me burlé de mi profesor y lo desafié públicamente. Pero una noche después estaba de rodillas pidiéndole perdón a Dios y aceptando la autoridad de Su Palabra. Allí tuve un encuentro con el Dios soberano, el que hasta ahora confieso como mi Salvador.

3. CONOCER A DIOS DA SENTIDO A NUESTRA VIDA
Recientemente Univisión Noticias publicó la noticia sobre Catarina Migliorini, una estudiante brasileña de 20 años, que vendió su virginidad en una subasta en línea por 780 mil dólares, como parte de un documental organizado por un cineasta australiano. Fue objeto de 15 ofertas de hombres de Brasil, India, Australia y Estados Unidos. El ganador, fue un japonés identificado únicamente como Natsu. Cuestionada por esta decisión, contestó: "Es más sensato que hacerlo borracha en una fiesta con un desconocido". Acusada de actuar como prostituta, ella contestó: "Yo considero que se trata de un negocio. Tengo la oportunidad de viajar, de ser parte de una película, y de tener una bonificación por ello". Respecto al dinero, dice que una cantidad será para pagar sus estudios y otra para construir casas para los pobres en su pueblo natal.
Si no conocemos a nuestro Creador y su carácter, el ser humano se convierte en un objeto, un producto, utilería desechable, un cliente, un medio para prosperar, un peón en nuestra tabla de ajedrez. Los valores humanos sólo pueden ser reconocidos en una sociedad donde se reconoce la autoría divina del ser humano. Donde se reconoce a un Dios personal, supremo, inteligente y con propósitos santos.

4. LA CREACIÓN REVELA EL CARÁCTER DE NUESTRO PADRE
El universo es un testigo sobre el carácter paternal y soberano de Dios. Génesis 1 nos dice que Dios creó el mundo de la nada. Es decir, antes del comienzo ¿qué había? Nada. Los cuentos de reyes comienzan diciendo “había una vez…”, pero Génesis comienza diciendo: “Dios, en el principio…creó”. ¿Cómo creó? Solo por medio de su Palabra: “Y dijo Dios: «¡Que exista la luz!» Y la luz llegó a existir.” (Gn. 1:3). San Agustín acuñó el concepto de “Imperativo Divino” para hablar del carácter creativo de su Palabra. En latín se dice “el Fiat”, una orden, un comando, una instrucción, un mandato. Como una computadora para nosotros. Con una orden Dios hace que las cosas existan, que sucedan. Saca agua de la roca, levanta los muertos, origina una concepción, despierta un corazón. Su Palabra expresa el poder, la sabiduría, la santidad y la autoridad de nuestro amoroso Padre.

5. LA CREACIÓN REVELA LA PREPOTENCIA DE SU PALABRA
¿Qué es la casualidad? Según La Real Academia Española es una “combinación de circunstancias que no se pueden prever ni evitar.” ¿Y qué será eso que llaman “NADA”? Esa es una pregunta que nos lleva a un callejón mental sin salida. Usted dice: “Gracias” y le contestan: “No es NADA”. Usted escucha un escandaloso ruido arriba y de pronto ve bajar a su pequeño hijo con los ojos como semáforos y le pregunta: “¿¡Qué hiciste!?”, y él le da la respuesta que usted ya espera: “¡NADA!”. Los filósofos Hegel y Sartre dijeron que la “nada” era una “cosa”. Luego entonces ya no era nada. La mayoría de los diccionarios define la “nada” como: “Falta total de cualquier ser o de cualquier cosa”.
Hay científicos modernos que aseguran que el mundo fue hecho por la NADA. Que surgió de la CASUALIDAD. ¿Sabe? Se necesita más fe para creer en esta milagrosa teoría que para creer en el acto creador de Dios. Pero Jesús dice: “Las palabras que les he hablado son espíritu y son vida.” (Jn. 6:63). En su primera carta el apóstol Pedro dice: “Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.” (1 Pedro 1:23). Los que han nacido de nuevo no tienen ningún problema en aceptar que todo existe por la Palabra prepotente de Dios.

6. CONOCER AL PADRE DEFINE NUESTRA CONDUCTA
Recuerde como comienza la Biblia: “Dios, en el principio…”. Dios y nada más. Dios sin universo. Cuando Dios y sólo Dios ES. El “YO SOY”. Ese pensamiento nos inspira reverencia, admiración, adoración, entrega. San Agustín sabía que se necesitaba Alguien con poder para crear el mundo. Un Dios amoroso, inteligente, un ser personal. Muchos de nosotros necesitamos convertirnos al Padre. No solo conocer a Jesús, sino también relacionarnos con nuestro Padre eterno. El Señor nos da la clave para saber vivir en su mundo: “Sean ustedes santos, porque yo, el Señor, soy santo, y los he distinguido entre las demás naciones, para que sean míos.” (Lv. 20:26). La Escritura nos muestra un Dios santo al que toda la raza humana debería santificar. Eso nos enseña el Señor Jesucristo como la primera petición del Padre Nuestro.
Conocer a Dios afectará toda nuestra vida: nuestro concepto de nosotros mismos, nuestros principios morales, nuestro concepto del mundo, nuestra actitud hacia los demás. También nuestra respuesta a su Palabra prepotente. 

Dan Woolley, es un cineasta americano que se encontraba en Puerto Príncipe haciendo un documental sobre la pobreza en Haití, cuando el terremoto de hace dos años lo sepultó bajo el Hotel Montana donde se encontraba alojado. Quedó sumergido bajo los escombros de seis pisos en completa oscuridad.
Utilizando la luz de una cámara fotográfica que tenía pudo iluminar su entorno y resguardarse en el hueco de un elevador, con su iPhone pudo ver las heridas que tenía en su pierna y la cabeza. Después, con una aplicación médica que tenía en su iPhone diagnosticó su pie roto y detuvo la hemorragia que tenía en su pierna y su cabeza. Además se informó que dadas sus circunstancias estaba en peligro de caer en shock, así que programó una alarma que lo despertara cada 20 minutos. Fue rescatado de entre los escombros, luego de permanecer allí 65 horas.
¿Por qué sobrevivió Dan? Primero, porque su primer recurso fue la oración; segundo, porque según sus palabras, Dios le dio en las manos los recursos que pudiera utilizar para sobrevivir; y tercero, por el amor que lo tenía ligado a su familia.
La manera en que Dios rescata al hombre de la muerte eterna, es por medio de la luz de su Palabra, y por medio de la aplicación del evangelio del Señor Jesucristo. 

Pastor Moisés Brito Valeras