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martes, 3 de marzo de 2015

CRISTIANO

Diariamente nacen muchos
Que se confunden entre la gente;
Seres sin propia iniciativa,
Sin ninguna resistencia;
Existencias vegetativas
Que no tienen biografía.

Desfilan inadvertidos
Sin aprender ni enseñar,
Piensan con cabeza ajena
Y rezan lo que dicen los demás.

Existen pero no viven,
Van como borregos con los demás;
Son copias de este mundo
Y lastres de la sociedad.

El mundo los ignora,
La historia los desprecia
Y Dios los vomitará.

Pero tú eres un ser especial.
Diferente a los demás;
Un caso para el Padre Celestial.

No te compares con nadie más,
Excepto con aquel Varón eternal,
Buscando alcanzar su altura
Y tratando de imitar su hechura.

Levanta con energía en tu mano
La antorcha de la verdad.
Lucha con vivo entusiasmo
Por la verdadera libertad.

Como testigo de Jesús,
Haz que brille en tí su luz;
Proclama las buenas nuevas
De que Jesús nos vino a salvar;
Disipa con tu boca las tinieblas,
Alguna vida puede cambiar.

El Rey te otorga un trono,
El Profeta te concede su atalaya,
El Sumo Sacerdote te entrega un efod.
Sí, tus oraciones son su gozo,
Su voz Él une a tus palabras,
Y halla sus motivos en tu clamor.

Eres perfume del cielo
Que disipa el hedor del cieno.
Luz que por dondequiera
Termina el horror de las tinieblas.
El sazón de la sal
Que extermina del mundo el mal.

Embajador del reino celestial,
Vocero del soberano del universo,
Ministro de la hacienda del Creador,
Mayordomo de la Sion eternal.
Tu llamado es eterno,
Tu competencia viene del Señor.

Vaso de honra del Alfarero,
Siervo del Dios Altísimo,
Amigo del Santo Cordero,
Discípulo del Maestro divino,
Soldado del Guerrero soberano,
Miembro de la familia del Creador,
Eres, eso que el mundo llama, CRISTIANO.

Pastor Moisés Brito Valeras

(escrito en 1985)