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viernes, 19 de junio de 2015

LA HOMOSEXUALIDAD Y DIOS

¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. 11 Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios. 1 Cor. 6:9-11

Dios ha enviado a su Hijo Jesucristo para que el homosexual, como cualquier otro pecador, sea regenerado, justificado y santificado para Dios.

1.   LA BATALLA DE LA PREFERENCIA.
Jóvenes de todas las edades libran una batalla gigantesca contra influencias externas y fuerzas internas que le inclinan a consentir con la homosexualidad.
Existe una aceptación generalizada entre la juventud respecto a la homosexualidad. De acuerdo a una investigación del encuestador George Barna (EEUU), en su libro “The invisible Generation”, 32% de los jóvenes aceptan que se nace homosexual, 50% piensa que oponerse a la vida de los homosexuales es debido  a una mente cerrada, 44% aseguran que debiera permitirse el matrimonio de parejas homosexuales, 38 % opina que también se les debe permitir adoptar y criar hijos.
En México, desde 1980 se realiza la marcha del orgullo gay (LGBTTTI) en el mes de junio. En este año se celebra la XXXVII marcha.

2.   LAS CAUSAS NO RECONOCIDAS.
Los homosexuales difícilmente aceptarán una causa externa para su preferencia sexual. Ellos insistirán en que así nacieron. Pero un análisis estadístico nos lleva a las siguientes conclusiones.
Stanton L. Jones, del Dpto. de Sicología de la Univ. de Wheaton, E.E.U.U. admite que factores genéticos pueden influir en el homosexualismo, pero que no son determinantes.
En su libro El Eros Mancillado, John White, asegura que una familia desintegrada es un factor importante para la homosexualidad.
Otra causa aparente, de acuerdo al libro “¿Cómo se lo digo a mi mamá?”, de Jerry Arternburn, es el maltrato sexual y abuso sexual en la infancia.
Una causa frecuente es la falta de la figura paterna en el hogar. El matriarcado lleva a los varones a imitar la figura fuerte de la madre y a menospreciar la debilidad del padre.
Un último factor, de acuerdo al autor Kent Philpott, es la rebelión contra el constante rechazo, percibido o real.

3.   LOS EFECTOS NO CALCULADOS.
Enfermedades. En EEUU, aunque los homosexuales solo constituyen el 1% de la población, tienen el 50% de casos de sífilis, el 60% de los casos de SIDA, hasta el 75% de hepatitis B. Las enfermedades venéreas son comunes en esta población.
Promiscuidad. El estudio “Homosexualidades”, de Bell Weinberg, revela que un tercio de homosexuales ha tenido más de 1.000 parejas sexuales a lo largo de su vida. Menos del 10% tienen relaciones duraderas, pero solo el 0% es monógamo. Ser homosexual es ser polígamo.
Perversiones. La imposibilidad de la procreación arrastra hacia aberraciones sexuales para alcanzar la mayor excitación.
     Soledad y culpa. Los homosexuales son una pieza de un rompecabezas que no existe. El homosexual se siente solo aun entre su mismo círculo de amigos homosexuales. La culpa está ligada al pecado, y la homosexualidad por ser pecado trae una culpa cada más pesada hasta orillar a algunos jóvenes al suicidio.

4.  LOS PRINCIPIOS DE LA BIBLIA.
En Gn. 1:28 Dios enlaza la sexualidad humana con la procreación. La homosexualidad frustra el mandato de la multiplicación.
En Gn. 2:24 Dios complementa a dos personas de sexo opuesto en una relación unificadora.
En Lv. 18 Dios provee una lista de mandatos que tienen como propósito proteger la santidad del matrimonio y preservar la integridad de la familia.
En Ro. 1:24-28 y 1 Co. 6:9-10 el apóstol Pablo condena la homosexualidad como una práctica pecaminosa.
El cristianismo no se sujeta a la opinión pública, a los estudios sicológicos o a la política de un gobierno. Se sujeta a la Palabra de Dios.

5.  LAS TORCEDURAS DE LOS LIBERALES.
Abandonar la autoridad de las Sagradas Escrituras es como abandonar un salvavidas en los rápidos de un río caudaloso. No se sabe en qué terminará la vida de un apóstata.
Activistas homosexuales y teólogos liberales tuercen las Escrituras para justificar su conducta pecaminosa.
Dicen que Levítico 18 solo condena la prostitución homosexual que se practicaba en los templos paganos, no una relación de amor.
Argumentan que Gn. 19 describe incidentalmente una violación pandillera en Sodoma, no establece una norma moral.
Aseguran que Romanos 1 solo reprueba a heterosexuales practicando actos homosexuales, lo cual va contra su naturaleza heterosexual, pero que un homosexual hace lo que le es natural.
Arguyen que en 1 Co. 6 solo prohíbe la pederastia o la esclavitud sexual de un menor por parte de los ricos.
La verdad es que cada vez que la Biblia menciona la homosexualidad, la condena.

6.  LAS RESPUESTAS DE LOS CRISTIANOS.
El dilema divino se refleja en el dilema del cristiano: condena el pecado de la homosexualidad, como cualquier otro pecado, pero ama al pecador y desea su liberación y restauración.
Lo recibe en el amor de Cristo y lo guía a la reconciliación con Dios. Lo ayuda a abandonar este adictivo pecado y lo encausa para una vida de consagración a Dios.
Los corintios eran una clara evidencia del amor restaurador que Dios tiene para los homosexuales (1 Co. 6:11).
                                                                                                 Pbro. Moisés Brito Valeras
(Para mayor información leer el "Manual para Consejeros de jóvenes" de Josh McDowell / Bob Hostetler)