3 ¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva 4 y recibamos una herencia indestructible, incontaminada e inmarchitable. Tal herencia está reservada en el cielo para ustedes, 5 a quienes el poder de Dios protege mediante la fe hasta que llegue la salvación que se ha de revelar en los últimos tiempos. 6 Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo. 7 El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele. 8 Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y, aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, 9 pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación.
INTRODUCCIÓN
Nuestra salvación
es segura porque es una obra de Dios.
Estando en su
lecho de muerte, le preguntaron a Sir Michael Faraday, el científico
descubridor del magnetismo, qué teorías tenía acerca de la vida después de la
muerte.
- “¿Teorías? –
contestó sorprendido - ¡pues no tengo ninguna! Sólo tengo certidumbres. “Porque
sé en quién he creído, y estoy seguro de que tiene poder para guardar hasta
aquel día lo que le he confiado” (2 Ti. 1:12).
Nuestra salvación es segura porque:
1. SU AUTOR ES DIOS
Ninguna nota resuena más clara del génesis al apocalipsis que ésta: “La
salvación es del Señor”. Es Dios el que “nos ha hecho nacer de nuevo a una
esperanza viva”. La alabanza es para él,
no para nosotros.
2. SU BASE ES UN
PACTO ETERNO. Jer. 32:38-40
La Biblia nos habla de un pacto de gracia que Dios ha sellado con su
pueblo para garantizar nuestra salvación. Pero este pacto descansa en un pacto
de redención celebrado entre el Padre y el Hijo desde la eternidad. Dios no
improvisa ni tiene fracasos. La salvación, de principio a fin, obedece a un
plan eterno.
3. TENEMOS FE EN
CRISTO
Dios nos protege
en el camino de la salvación mediante la fe. Este fue el extraordinario
descubrimiento de Lutero. El monje había luchado durante toda su vida por ganar
su salvación, hasta que, subiendo de rodillas “la escalinata sagrada” en Roma
descubrió que: “El justo por la fe vivirá” (Ro.1:17)
4. ES UN REGALO DE LA
GRACIA DE DIOS. vv. 3-4
Un amigo le preguntó
a un viejo pescador que vivía junto al mar si todavía creía que iba al cielo.
“Mira por la ventana”, dijo el pescador.” ¿Están todavía allí las siete
montañas?” “Sí”, dijo su amigo. “Pues bien”, dijo el pescador, “Las montañas podrán cambiar de lugar, los cerros podrán venirse abajo, pero
mi amor por ti no cambiará”, dice el Señor.
(Is 54:10; 1 P. 1:23:25).
5.
PROVIENE DE UN PERDÓN COMPLETO. Ro. 8:1; Sal. 103:12
La salvación
incluye un perdón total y para siempre. Los pecados pasados, presentes y
futuros son perdonados. Nos justifica del pasado, nos santifica en el presente
y nos glorifica en el futuro.
6. SE SOSTIENE POR UNA
CADENA DIVINA. Ro. 8:29-35
En teología esto se llama “ordo salutis”,
el orden de la salvación. Es el proceso diseñado y ejecutado por Dios para la
redención de sus escogidos. No existe poder en el universo que pueda frustrar
el plan de redención.
7. HAY UN CAMBIO EN
MI CARÁCTER. v. 8
La salvación tiene evidencias. Dios cambia
el corazón, la mente, los afectos, la voluntad y la dirección de nuestra vida.
Al Cristo que ignorábamos ahora lo amamos, le confiamos nuestra vida y nos
gozamos en su salvación.
8. HAY FRUTOS DE
ARREPENTIMIENTO. v. 9; Lc. 3:8
Los
frutos no son la causa de la salvación, sino su resultado. Jesucristo señaló la
importancia de los frutos como señales de la obra del Espíritu en el corazón.
La obediencia, la adoración y el servicio a Dios, deben estar a la vista.
9. HAY PROGRESO EN MI
VIDA CRISTIANA
Una fe acrisolada
es aquella que ha sido puesta a prueba y se ha limpiado de las impurezas del
pecado y de la incredulidad. Las pruebas sirven para deshacernos del pecado
y revelar las virtudes del Espíritu
en nosotros.
10. SIENTO PESAR POR
EL PECADO. 1 Jn.1:7,9; 3:9
Ningún creyente en
Cristo está exento de pecar, pero ése no es su estilo de vida normal, el pecado
le avergüenza, le duele y lo conduce a Cristo en busca de ayuda y de perdón.
Eso es señal de que es hijo de Dios.
11. LA PROMESA ES DE VIDA ETERNA. 1 Jn. 5:13
La herencia en los
cielos es indestructible, incontaminada e inmarchitable. Es otra manera de describir
la vida eterna. Dios no nos da una vida mejor, vida feliz o vida larga. Nos da
vida eterna.
12. TENGO AMOR POR MI HERMANO. 1 Jn. 1:5-6
Si un cristiano
habla como pagano, se divierte en cosas paganas, y su ambiente son sus amigos
paganos, entonces es un pagano. La seguridad de mi salvación se pone en
evidencia cuando yo amo a mis hermanos, amo estar con mis hermanos, amo ayudar
a mis hermanos y amo perdonarlos.
13. HE SIDO DISCIPLINADO POR DIOS. He 12:6
Si Dios ha tenido
que someterme a disciplina para corregirme, debo estar agradecido de que me
demuestre que soy su hijo. Puedo ver las vidas de Job, Moisés, David, Salomón,
Pedro, Pablo, todos recibieron disciplina divina.
14. TENGO TESTIMONIO DEL ESPÍRITU SANTO. Ro. 8:16
Spurgeon relata su
conversión en los siguientes términos: “En ese momento mi alma fue inundada por la realidad de la gracia de
Dios. Miré a la cruz de Jesucristo y vi allí sus manos perforadas por mis pecados;
lo vi cargando el peso de mis pecados sobre su espalda, vi la ira de Dios que
yo merecía, recaer sobre él. ¡Y en ese momento supe que todo había terminado!
Todo había sido hecho, el pago ya se había efectuado, nada quedaba por hacer, y
yo supe que había recibido la vida eterna”.
Pastor Moisés Brito Valeras
Pastor Moisés Brito Valeras
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