5 Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: «No vayan entre los gentiles ni entren en ningún pueblo de los samaritanos. 6 Vayan más bien a las ovejas descarriadas del pueblo de Israel. 7 Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca.” 8 Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente. 9 No lleven oro ni plata ni cobre en el cinturón, 10 ni bolsa para el camino, ni dos mudas de ropa, ni sandalias, ni bastón; porque el trabajador merece que se le dé su sustento.
11 »En cualquier pueblo o aldea donde entren, busquen a alguien que merezca recibirlos, y quédense en su casa hasta que se vayan de ese lugar. 12 Al entrar, digan: “Paz a esta casa.” 13 Si el hogar se lo merece, que la paz de ustedes reine en él; y si no, que la paz se vaya con ustedes. 14 Si alguno no los recibe bien ni escucha sus palabras, al salir de esa casa o de ese pueblo, sacúdanse el polvo de los pies. 15 Les aseguro que en el día del juicio el castigo para Sodoma y Gomorra será más tolerable que para ese pueblo.
El perfume ahuyenta el olor desagradable, el olor a descomposición, el
olor a muerte. Los egipcios fueron los primeros perfumistas artesanales de que
se tiene noticia y que lograron extraer aromas naturales de los más variados
tipos. Cuando se abrió la tumba del faraón Tutankamon se hallaron recipientes
con fragancias que aún conservaban
su olor, a pesar de haber permanecido enterrados por más de 30 siglos. Las
egipcias colgaban de sus cuellos pequeños recipientes de barro con sustancias
aromáticas y llegaron a creer que el buen olor no sólo invocaba el amor, sino
que ahuyentaba las enfermedades y los malos espíritus.
El evangelio es el perfume de Dios contra la descomposición moral y la
muerte espiritual. “Pero gracias a Dios,
que nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y que por medio de nosotros
manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento, porque para Dios somos
grato olor de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden: para
estos, ciertamente, olor de muerte para muerte, y para aquellos, olor de vida
para vida.” 2 Co. 2:14-16
1. COMIENCE POR SU CASA. Vv 5,6
·
Es
el plan de JESÚS. “Pero recibiréis poder cuando
haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en
Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra” Hc.
1:8.
Jesús establece un programa definido para avanzar en la tarea de
predicar el evangelio. El orden consiste en comenzar por los que están a
nuestro lado y luego continuar con los que están lejos. Si vemos un mapa nos
daremos cuenta de que el Señor describe una explosión que va desde la casa
hasta lo último de la tierra.
·
Es
la lógica del AMOR. “…Vete a tu casa, a
los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo y cómo ha
tenido misericordia de ti” Mc. 5:
19b.
Todo lo mejor debe comenzar primero con los de casa. Compartir un
tesoro, participar de una bendición, el servicio a los demás, y las buenas
nuevas. Esto es lo que hizo nuestro Señor Jesús en su vida: fue a Nazaret, a
Galilea y luego a Judea.
·
Es
el método de DIOS. “Porque para vosotros
es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para
cuantos el Señor nuestro Dios llame” Hc. 2:39.
El Pacto de gracia comenzó en un
matrimonio, luego en una familia, después en una tribu, más adelante en un
conjunto de tribus, y al final, en una nación. Para Dios es muy importante la
descendencia y los que viven en casa, sean naturales o extraños.
2. PREDIQUE EL EVANGELIO. V. 7
·
Llame
a la CONVERSIÓN. “Y diciendo: ‘Arrepentíos,
porque el reino de los cielos se ha acercado” Mt. 3:2.
Lo que Jesús hizo con el joven rico, con la samaritana, con el
endemoniado gadareno, no fue sólo invitarlos a unirse a una nueva organización.
Les dirigió a una transformación total, en su mente, en sus afectos y en su
voluntad.
·
Advierta
sobre la CONDENACIÓN. “Además, el hacha
ya está puesta a la raíz de los árboles; por tanto. Todo árbol que no da buen
fruto es cortado y echado al fuego” Mt. 3:10.
Durante un vuelo se le pidió a un pasajero que se colocara su paracaídas
para que su vuelo fuera más placentero. Pero cuando los demás pasajeros que no
portaban paracaídas comenzaron a burlarse de él, se lo quitó. A otro pasajero
se le pidió que hiciera lo mismo, pero se le indicó que en cualquier momento se
le indicaría que saltara del avión para que llevara a cabo una misión. De este
pasajero también se burlaron al verlo con su paracaídas puesto, pero sabiendo
él que en cualquier momento saltaría y que ese paracaídas salvaría su vida, no
se lo quitó. El evangelio es el paracaídas que nos salva de la condenación
eterna.
·
Anuncie
la SALVACIÓN. “Le respondió Jesús: De
cierto, de cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de
Dios” Jn. 3:3.
Uno de los significados del reino es el deleite de todas las riquezas espirituales
ganadas por Cristo para sus elegidos durante esta vida.
·
Presente
a CRISTO. “Porque el reino de Dios está
entre vosotros” Lc. 17:21b.
Se dice que durante el imperio romano “todos los caminos llevaban a
Roma”, así también en nuestra tarea evangelizadora, todos nuestros temas,
cualquier pasaje de la Biblia, cualquier asunto en nuestro testimonio debe llevarnos
a Cristo. Él es el Rey y nosotros sus heraldos, sus embajadores.
3. USE SU AUTORIDAD PARA SERVIR. V. 8 Cf. 10:1
·
Predique
con sus HECHOS. “La fe, si no tiene
obras, está completamente muerta” Stg. 2:17.
El contexto de Santiago nos indica que las evidencias de una vida de fe
son las obras de misericordia que se hacen en el nombre de Cristo. La gente que
viene del mundo llana de heridas emocionales, psicológicas, relacionales y
físicas, necesitan de nuestra ayuda, y la misión no consiste sólo en buenos
deseos.
·
Atraiga
a otros con su AMOR. “Al ver las
multitudes tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y dispersas
como ovejas que no tienen pastor” Mt. 9:36.
El mayor poder de atracción de un cristiano no son la apariencia, las
palabras, o los bienes materiales, es el amor que el Espíritu Santo ha
derramado en su corazón y que envuelve su servicio.
·
Satisfaga
NECESIDADES. “Cómo Dios ungió con el
Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo
bienes y sanando a todos los oprimidos
por el diablo, porque Dios estaba con él” Hc. 10:38.
El Espíritu Santo, la experiencia, el discernimiento, y la Palabra de Dios
nos permitirán identificar, valorar y satisfacer las verdaderas necesidades de
la gente.
4. EL QUE NOS ENVÍA, ES EL QUE PROVEE. Vv.
9,10.
·
Por
medio del SALARIO. “Ni alforja para el
camino, ni dos túnicas, ni calzado, ni bastón, porque el obrero es digno de su
alimento” V. 10.
Dios, por medio de los que escucharan el evangelio, y creyeran, daría el
sustento a sus embajadores. Llevar más de lo necesario indicaba falta de
confianza en su empleador. Pero ir sólo con lo indispensable era depositar su
esperanza enteramente en el que alimentaba las aves cada día.
·
Por
medio del TRABAJO. “Ni comimos de balde
el pan de nadie. Al contrario, trabajamos con afán y fatiga día y noche, para
no ser gravosos a ninguno de vosotros.” 2 Ts. 3:8.
Cuando el salario no era posible, o era insuficiente, los apóstoles
tenían que trabajar con sus manos para conseguir su alimento y seguir su camino
sin suspender la misión.
·
Por
medio de MILAGROS. “He hizo llover sobre
ellos maná para que comieran, y les dio trigo de los cielos. Pan de nobles
comió el hombre; les envió comida hasta saciarlos” Sal. 78:24,25.
La historia de la misión está llena de ejemplos de maneras
extraordinarias en que Dios satisfizo las necesidades de sus predicadores.
Visitas sorpresivas, donativos inesperados, oportunidades de trabajo sin
complicaciones, y la siempre multiplicación del alimento.
5. IDENTIFIQUE A LA GENTE RECEPTIVA. Vv. 11 –
15
·
Escoja
anfitriones de buen TESTIMONIO. “Al darse
cuenta de esto, llegó a casa de María, la madre de Juan, el que tenía por
sobrenombre Marcos. Muchos estaban allí reunidos, orando” Hc. 12:12.
Para reuniones de estudio, de oración, para alojamiento, para puntos de
contacto, lo recomendable es encontrar un hogar de buen testimonio. La gente
asociará dicho hogar con el evangelio.
·
Salude
transmitiendo BENDICIÓN. “Bendiciendo,
sabiendo que fuisteis llamados a heredar bendición” 1 P. 3: 9b.
Somos representantes del Rey, y como tales, tenemos que ser fiel imagen
de su amor, Él bendice a justos e injustos, lo agradezcan o no. De todas
maneras, para que la bendición sea efectiva requerirá de la fe de quienes la
reciban.
·
Aléjese
de lugares CERRADOS. “Ellos, entonces,
sacudiendo contra ellos el polvo de sus pies, llegaron a Iconio. Y los
discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo” Hc. 13: 51,52.
Jesucristo se alejó de Nazaret cuando ellos lo rechazaron, se alejó de
Gadara cuando así se lo pidieron. Nuestra tarea no es convencer a la gente, esa
es tarea del Espíritu Santo. Nosotros le predicamos a los que están receptivos
al evangelio, a los que por la gracia de Dios tienen oídos para oír. Una puerta
cerrada no es motivo para dejar de predicar. Si todos los siervos de Cristo
dejaran de hacer aquello a lo que la gente se opone, pronto habría un paro
total de las buenas obras. Pero eso no fue lo que hizo nuestro Maestro.
Una mujer quedó desahuciada por su enfermedad y comenzó a poner su casa "en
orden". Contactó a su pastor y lo citó en su casa para exponerle algunos
aspectos de su última voluntad. Le dijo qué himnos quería que se cantaran en su
funeral, qué lecturas hacer y qué palabras deseaba para sus familiares. La mujer
también solicitó ser sepultada con su Biblia favorita. Y algo especial le pidió
al pastor: --“Quiero ser enterrada con un tenedor en mi mano derecha.” El
pastor se quedó impávido mirando a la mujer, sin saber exactamente qué decir. La
mujer explicó: --“En todos los años que he asistido a eventos sociales y cenas
de compromiso, siempre recuerdo que cuando se retiraban los platos del platillo
principal, por lo regular alguien se agachaba y decía, ‘Quédese con su tenedor’.
Era mi parte favorita porque sabía que algo mejor estaba por venir... un pastel
de chocolate o un pastel de manzana. ¡Algo maravilloso y sustancioso! Así que
quiero que la gente me vea dentro de mi ataúd con un tenedor en mi mano y quiero
que se pregunten: -¿Qué significa ése tenedor?" Después quiero que usted
les diga: "Se quedó con su tenedor porque lo mejor está por venir. Ella está
invitada al gran banquete que Jesucristo ofrecerá en el día final.”
Pastor Moisés Brito Valeras
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