“Desecha
las fábulas profanas y de viejas. Ejercítate para la piedad”
1 Timoteo 4:7
Propósito. Aportar algunas ideas que ayuden a los creyentes a desterrar las supersticiones de la iglesia.
INTRODUCCIÓN.
Todos
hemos oído algunas de estas supersticiones: Los siete años de maldiciones por
romper un espejo; tocar madera para repeler la mala suerte; temer un conflicto
por soñar que se caen todos los dientes; poner una herradura en la casa del
novio que se casa; miedo a la muerte por el canto de una lechuza; presentir una
tragedia por la mariposa negra que se mete en casa; tirar el ramo hacia atrás
creyendo que la que lo atrape será la próxima en casarse… etc.
Estudiaremos,
con la ayuda de Dios el tema de Las Supersticiones, práctica generalizada que a
veces ni siquiera nos percatamos de poseerla. Confrontaremos nuestras creencias
con la Biblia, la única fuente de creencias provista por Dios.
La
superstición se define como: “Creencia extraña a la fe religiosa y contraria a
la razón.” (REAL ACADEMIA
ESPAÑOLA)
La
superstición tiene tres causas:
1.
Oseas 4:6. La ignorancia
La
falta del estudio serio y sistemático de las Sagradas Escrituras hace que no
confrontemos todas las supersticiones que hemos acumulado en nuestra mente, y
que permanezcan allí moldeando nuestro estilo de vida. Muchas prácticas y
temores provienen de nuestras creencias equivocadas que no hemos confrontado
con la enseñanza de la Palabra de Dios.
2.
Oseas 4:12. La credulidad
No
importa la época en que vivamos, siempre hay gente crédula que, sin investigar
y encontrar una explicación clara, se cree todo lo que los demás le digan. Se
cree en fantasmas, ovnis, duendes, apariciones, brujería, leyendas urbanas, la
llorona, el charro sin cabeza, remedios milagrosos, amuletos poderosos y
oraciones mágicas. Es una tendencia humana para enfrentar el miedo a lo
desconocido.
3.
Mateo 15:1-6. El tradicionalismo
La
mayoría de nuestras prácticas supersticiosas están enraizadas en la tradición,
ya sea de los padres, de la comunidad en la que vivimos, o de nuestro pueblo
mexicano. No las inventamos. Desde que nacemos ya están ahí y crecemos con
ellas. Las creen nuestros familiares, vecinos, amigos de la comunidad y las
leemos en muchas publicaciones; a veces inclusive, son diseminadas por la
prensa amarillista, como el mito del “chupacabras” y el “agua de Tlacote”, y
pasan sin problemas a formar parte de nuestras creencias.
4.
Deuteronomio 18:9-14. El miedo
El
miedo a lo desconocido, a los espíritus de los muertos, o a los poderes
demoniacos, nos hacen creer en fórmulas sencillas, u objetos tangibles que
contrarresten esos poderes. Prácticas como levantar la sombra del difunto,
curar de espanto, curar el mal de ojo, las formas de quitar el hipo, fórmulas
para atenuar la lluvia y fórmulas para ahuyentar los malos espíritus (“Cruz,
cruz, que se vaya el diablo y que venga Jesús”). El miedo es causa de muchas
supersticiones.
La
solución es:
1. Juan 8:31, 32. Conocer la verdad
2. 1 Juan 4:1. Realizar una autocrítica
3. Salmo 46:1. Buscar ayuda solo en Dios
4. Salmo 91:1,2. Tener una fe sencilla
CONCLUSIÓN. ¿Qué impulso
despierta en nosotros el Espíritu Santo al considerar este tema y confrontarnos
con la Palabra de Dios? Aportemos ideas de posibles respuestas a la Palabra de
Dios en este estudio.
Pastor Moisés Brito Valeras
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