1 Corintios 6:12-20
Guillermo Frey, profesor de la Universidad
de Colorado (EEUU), fue asignado como asesor de tesis a Juan, un estudiante
invidente. Un día Guillermo le preguntó a Juan cómo fue que quedó ciego. El
estudiante le explicó que fue un accidente fatal durante su adolescencia que le
quitó dos cosas: la vista y la esperanza.
“Estaba amargado y furioso con Dios por
dejar que eso me pasara y descargué mi ira contra todos los que me rodeaban.
Sentí que como me había quedado sin futuro, tampoco levantaría un solo dedo
para mejorar mi situación. Iba a esperar que otros lo hicieran todo por mí.
Cerré la puerta de mi cuarto y me negué a salir excepto para comer”.
Al profesor le extrañó escuchar la
historia porque el alumno nunca había mostrado ninguna actitud de amargura o
enojo. Le pidió a Juan que explicara cómo había sucedido el cambio. Éste le dio
el crédito a su padre.
Su papá, hastiado de la autoconmiseración
de su hijo, y dispuesto a ayudarlo a salir adelante en la vida, le recordó al
muchacho que se aproximaba el invierno y le ordenó que pusiera las ventanas de
protección contra las tormentas de nieve. “Si no terminas el trabajo antes de
que vuelva a casa, vamos a tener problemas”, fue la advertencia del padre antes
de salir tras tremendo portazo.
Juan se puso verde del coraje, murmuró y
maldijo, pero como pudo, llegó hasta el garaje, donde encontró las ventanas, la
escalera y las herramientas para el trabajo. “Van a sentir mucha culpa y
lástima cuando me caiga de la escalera y me rompa el cuello”, pensó. Pero el joven
no se cayó. Poco a poco recorrió toda la casa y terminó el encargo.
Su padre había logrado su propósito. Juan
por fin se dio cuenta de que aún podía trabajar y desde entonces comenzó a
reconstruir su vida poco a poco. Años más tarde se enteró de algo más que había
sucedido ese día. Con lágrimas comentó, “después supe que en ningún momento,
durante todo aquél día, mi padre se apartó de mi lado más que 2 o 3 metros de
distancia”.
El padre había logrado que su hijo fuera
libre de su autoconmiseración y tuviera el valor para desarrollar su
potencialidad al máximo.
Pablo les recuerda a los corintios que a pesar de
sus graves errores siguen siendo “santos”,
“cuerpo de Cristo” y “templos de Dios”.
El pasaje nos deja entrever todos los recursos que
implícitamente existen para vivir como libres y no como esclavos del pecado.
Estudiaremos estos recursos divinos con el
acrónimo R. E. D. I. M. I. D. O. S.
REDIMIDO GRATUITAMENTE
“Porque ustedes han sido comprados; el precio de
ustedes ya ha sido pagado.” (6:20). Hemos
sido comprados con la sangre de Cristo. No nos pertenecemos, ni el diablo puede disponer de nosotros. En cuerpo y alma somos propiedad exclusiva de Cristo y tenemos que vivir en esa confianza. No hay poder en el universo que pueda arrancarnos de las manos de Dios. Pertenecemos al reino de los cielos. Del reino de las tinieblas, hemos sido
trasladados al reino de luz.
EL ESPÍRITU TE PROTEGE
“¿Acaso ignoran que el cuerpo de ustedes es templo
del Espíritu Santo?” (6:19). Nuestro cuerpo ha sido asegurado y habitado como
templo por el Espíritu de Dios. El pecado es una profanación al santuario. El sello romano que era conocido por el apóstol Pablo era inviolable. Cuando el imperio aseguraba una zona o propiedad nadie podía tocarla sin pagar las consecuencias con su vida. La Biblia dice que nosotros nos pertenecesmos más, ni hay autoridad que pueda invadir nuestro cuerpo, somos templos de Dios, y viviendo como tales se garantiza nuestra entrada final al reino de los cielos.
DOMINA TUS IMPULSOS
“Huyan de la inmoralidad sexual.” (6:18). Las
virtudes del Espíritu Santo nos dan el poder para mantener nuestra vida fuera
de cualquier dominio que no sea el de Cristo. En la iglesia y en nuestra
familia tenemos que enseñar la responsabilidad que tenemos de dominar nuestros
impulsos y mantenernos en obediencia al Señor. Las tentaciones serán inevitables en nuestra vida, pero la virtud del dominio propio es la herramienta para vencer cualquier tipo de tentación. No existe ninguna tentación que no sea resistible con el poder de Dios.
INTEGRIDAD HUMANA
“¿Acaso ignoran que el cuerpo de ustedes es templo
del Espíritu Santo, que está en ustedes, y que recibieron de parte de Dios, y
que ustedes no son dueños de sí mismos?... Por lo tanto, den gloria a Dios en
su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios.” (6:19-20b). Cuerpo
y alma fueron creados por el único Dios, el Dios bueno, y ambos son propiedad
de Cristo, quien murió para comprarlos y habitarlos. Los giregos pensaban que eran dos elementos distintos y adversos, que el cuerpo era malo y el espíritu era bueno. Algunos de ellos pensaban que lo que pasara con el cuerpo no importaba, mientras el espíritu permaneciero intacto. Eso daba pie a la degeneración del cuerpo, especialmente con el sexo. Pero Pablo aclara: no son dos elementos
separados, independientes y adversos, Dios los creó para formar una persona
integral. De hecho, hay una interdependencia entre cuerpo, alma, mente, emociones y voluntad. Después de la muerte Dios va a glorificar alma y cuerpo para que sean semejantes al Cristo glorificado.
MANTÉN TU MORAL CRISTIANA
“Y el cuerpo no es para la inmoralidad sexual,
sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo… Por lo tanto, den
gloria a Dios en su cuerpo y en su espíritu, los cuales son de Dios.” (6:13
b y 20 b). La manera de glorificar a Dios en nuestro cuerpo y en nuestra alma
es someternos a su señorío y obedecer sus preceptos. Sin componendas. La moralidad de las personas varía de acuerdo a la luz que han recibido de Dios, pero en nuestro caso, que tenemos las Escrituras y al Espíritu Santo, podemos desde antes de que lleguen las tentaciones decidir mantenernos fuera de su alcance. Que ellas no nos sometan a su antojo. Puesto que Cristo nos ha hecho libres debemos mantener nuestra libertad del pecado.
INTELIGENCIA ESPIRITUAL
“¿Acaso no saben ustedes que sus cuerpos son
miembros de Cristo? ¿Voy entonces a tomar los miembros de Cristo para hacerlos
miembros de una prostituta? ¡De ninguna manera!” (6:15). Desde el principio de
la carta el apóstol les reclama: Sean personas espirituales; tenemos la mente
de Cristo; ¿no hay ningún sabio entre ustedes? Usen la mente de Cristo en
ustedes. Todos los argumentos del diablo para engañarnos son tontos, son ilógicos, absurdos. Él es el padre de toda mentira. El pecado es una tontera. Es por ello que si tenemos la mente de Cristo, no caeremos en sus tontos engaños. No es posible poner al servicio del pecado los miembros de mi cuerpo que Cristo compró para usarlos para la justicia. Lo que él santificó no lo puedo usar para cosas inmundas. Es ilógico.
DESTINO ETERNO
“Y así como Dios levantó al Señor, también nos levantará
a nosotros con su poder.” (6:14). Tenemos que recordar que Dios ha provisto de
un hermoso destino para nuestro cuerpo y para nuestro espíritu, y es la resurrección. Una prostituta no
tiene ese destino. Una persona con un estilo de vida pecaminosa no tiene ese
destino. Debemos mantenernos en yugo con personas que tienen el mismo destino
eterno. Los corintios razonaban así: Los alimentos son para el cuerpo y el cuerpo para los alimentos y ambos terminarán en la muerte. Y hasta ciero punto es así. Pero ellos lo estaban aplicando al sexo, o sea el cuerpo es para el sexo y el sexo es para el cuerpo, y todo terminará con la muerte. Pablo dice NO. La práctica del sexo no es lo mismo que la necesidad del alimento. Además, el cuerpo no terminará con la muerte, será resucitado. El cuerpo es para la inmortalidad mediante la glorificación por el Espíritu de Dios.
OBRA COMPLETA DE CRISTO
“Y así como Dios levantó al Señor, también nos
levantará a nosotros con su poder.” (6:14). La obra completa de salvación
realizada por Cristo siempre incluye su cuerpo: encarnación, sufrimientos
físicos, crucifixión, resurrección, glorificación, ascención, la eternidad en el paraíso.
La obra de redención que Cristo realizó con su cuerpo nos da un modelo de
obediencia y una esperanza para nuestro ser completo, cuerpo y espíritu. Hay una identidad estrecha con Cristo: Él murió, nosotros morimos con él; él fue sepultado, nosotros fuimos sepultados con él en el bautismo; él resucitó, nosotros fuimos resucitados con él; él se sentó a la distra con el Padre, nosotros hemos sido sentados en lugares celestiales con él. Es cosa de tiempo para que su obra quede completa en sus escogidos. Mantenernos en esta identidad con Cristo nos mantendrá en el camino a la eternidad.
SANTAS ESCRITURAS
Los errores se cometen cuando irresponsablemente
ignoramos la sana doctrina. El analfabetismo espiritual nos conduce a la degeneración. Pablo repite: “¿No sabéis que…?” (15); “¿O no sabéis que…?” (16); y “¿O ignoráis que. . .?” (19). Es
necesaria la ortodoxia para conservarnos en la ortopraxis. La doctrina correcta
que debe traer como consecuencia la conducta correcta. El abandono de la Biblia
nos lleva al abandono de la santidad. El señor Jesucristo se mantuvo fiel ante
las tentaciones gracias a la Palabra de Dios que fluía de su mente y de sus
labios. Si usted no se mantiene alimentado con la Palabra de Dios, se encontrará débil ante los ataques de Satanás y los engaños del mundo. Jescucristo se mantuvo firme ante la tentación del diablo en el desierto gracias al uso que hizo de la Palabra de Dios. Satanás no puedo envolverlo en sus trampas. Pero muchos de nosotros vivimos en la ignorancia de la Palabra y llenos de pensamientos humanistas y erráticos que nos llevan a la cautividad del pecado. Es necesario estudiar en serio la Palabra de Dios para no errar debido a la ignorancia.
Pastor Moisés Brito Valeras