9 ¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar! Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. 11 Y eso eran algunos de ustedes. Pero ya han sido lavados, ya han sido santificados, ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios. 1 Cor. 6:9-11
Dios ha enviado a
su Hijo Jesucristo para que el homosexual, como cualquier otro pecador, sea
regenerado, justificado y santificado para Dios.
1. LA BATALLA DE LA PREFERENCIA.
Jóvenes de todas
las edades libran una batalla gigantesca contra influencias externas y fuerzas
internas que le inclinan a consentir con la homosexualidad.
Existe una
aceptación generalizada entre la juventud respecto a la homosexualidad. De acuerdo a una
investigación del encuestador George Barna (EEUU), en su libro “The invisible
Generation”, 32% de los jóvenes aceptan que se nace homosexual, 50% piensa que
oponerse a la vida de los homosexuales es debido a una mente cerrada, 44% aseguran que debiera
permitirse el matrimonio de parejas homosexuales, 38 % opina que también se les
debe permitir adoptar y criar hijos.
En México, desde
1980 se realiza la marcha del orgullo gay (LGBTTTI) en el mes de junio. En este año se
celebra la XXXVII marcha.
2. LAS CAUSAS NO RECONOCIDAS.
Los homosexuales difícilmente aceptarán una causa externa para su preferencia sexual. Ellos insistirán en que así nacieron. Pero un análisis estadístico nos lleva a las siguientes conclusiones.
Stanton L. Jones,
del Dpto. de Sicología de la Univ. de Wheaton, E.E.U.U. admite que factores
genéticos pueden influir en el homosexualismo, pero que no son determinantes.
En su libro El
Eros Mancillado, John White, asegura que una familia desintegrada es un factor
importante para la homosexualidad.
Otra causa
aparente, de acuerdo al libro “¿Cómo se lo digo a mi mamá?”, de Jerry
Arternburn, es el maltrato sexual y abuso sexual en la infancia.
Una causa frecuente es la falta de la figura paterna en el hogar. El matriarcado lleva a los varones a imitar la figura fuerte de la madre y a menospreciar la debilidad del padre.
Un último factor,
de acuerdo al autor Kent Philpott, es la rebelión contra el constante rechazo,
percibido o real.
3. LOS EFECTOS NO CALCULADOS.
Enfermedades. En
EEUU, aunque los homosexuales solo constituyen el 1% de la población, tienen el
50% de casos de sífilis, el 60% de los casos de SIDA, hasta el 75% de hepatitis
B. Las enfermedades venéreas son comunes en esta población.
Promiscuidad. El
estudio “Homosexualidades”, de Bell Weinberg, revela que un tercio de
homosexuales ha tenido más de 1.000 parejas sexuales a lo largo de su vida.
Menos del 10% tienen relaciones duraderas, pero solo el 0% es monógamo. Ser
homosexual es ser polígamo.
Perversiones. La imposibilidad
de la procreación arrastra hacia aberraciones sexuales para alcanzar la mayor excitación.
Soledad y culpa. Los homosexuales son una
pieza de un rompecabezas que no existe. El homosexual se siente solo aun entre su mismo círculo de amigos homosexuales. La culpa está ligada al pecado, y la
homosexualidad por ser pecado trae una culpa cada más pesada hasta orillar a algunos jóvenes al suicidio.
4. LOS PRINCIPIOS DE LA BIBLIA.
En Gn. 1:28 Dios
enlaza la sexualidad humana con la procreación. La homosexualidad frustra el
mandato de la multiplicación.
En Gn. 2:24 Dios
complementa a dos personas de sexo opuesto en una relación unificadora.
En Lv. 18 Dios provee
una lista de mandatos que tienen como propósito proteger la santidad del
matrimonio y preservar la integridad de la familia.
En Ro. 1:24-28 y 1
Co. 6:9-10 el apóstol Pablo condena la homosexualidad como una práctica
pecaminosa.
El cristianismo no se
sujeta a la opinión pública, a los estudios sicológicos o a la política de un
gobierno. Se sujeta a la Palabra de Dios.
5. LAS TORCEDURAS DE LOS LIBERALES.
Abandonar la
autoridad de las Sagradas Escrituras es como abandonar un salvavidas en los
rápidos de un río caudaloso. No se sabe en qué terminará la vida de un
apóstata.
Activistas
homosexuales y teólogos liberales tuercen las Escrituras para justificar su conducta pecaminosa.
Dicen que Levítico 18
solo condena la prostitución homosexual que se practicaba en los templos
paganos, no una relación de amor.
Argumentan que Gn. 19
describe incidentalmente una violación pandillera en Sodoma, no establece una
norma moral.
Aseguran que Romanos
1 solo reprueba a heterosexuales practicando actos homosexuales, lo cual va
contra su naturaleza heterosexual, pero que un homosexual hace lo que le es
natural.
Arguyen que en 1 Co.
6 solo prohíbe la pederastia o la esclavitud sexual de un menor por parte de
los ricos.
La verdad es que cada
vez que la Biblia menciona la homosexualidad, la condena.
6. LAS RESPUESTAS DE LOS CRISTIANOS.
El dilema divino se
refleja en el dilema del cristiano: condena el pecado de la homosexualidad, como
cualquier otro pecado, pero ama al pecador y desea su liberación y
restauración.
Lo recibe en el amor
de Cristo y lo guía a la reconciliación con Dios. Lo ayuda a abandonar este adictivo
pecado y lo encausa para una vida de consagración a Dios.
Los corintios eran
una clara evidencia del amor restaurador que Dios tiene para los homosexuales
(1 Co. 6:11).
Pbro. Moisés Brito Valeras
(Para mayor información leer el "Manual para Consejeros de jóvenes" de Josh McDowell / Bob Hostetler)