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miércoles, 24 de julio de 2013

¿QUÉ ES LA FE?


"Ahora bien, la fe es la garantía de lo que se espera, la certeza de lo que no se ve. Gracias a ella fueron aprobados los antiguos. Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve." 
Hebreos 11:1-3

1. LA FE ES UNA RESPUESTA AL AMOR DE DIOS

Nuestra fe es una respuesta a la mayor expresión del amor divino:
Consolador. Nuestra pronta Ayuda. 13:5,6
Restaurador. Nos santifica para Dios. 10:22
 Intercesor. Nuestro abogado ante el Padre. 7:25
Sacerdote. Presenta su sacrificio a nuestro favor. 4:14-16
Transformador. Imprime su ley en nosotros. 8:10-12
Ofrenda perfecta. Su muerte nos redime. 9:14

           2. LA FE ES EL MOTIVO PARA SER UN HÉROE

 Al considerar el amor desprendido de Dios y el sacrificio terrible de Cristo, estamos dispuestos a pagar el precio de la persecución por nuestra fe. Los hebreos habían abandonado las comodidades que le ofrecía su fe judía, y ahora, eran objetos de desprecio por el mundo a causa de su nueva fe en Cristo: 10:34; 13:3-14.La fe nos da el poder para ver más allá de lo material, de lo temporal, de la vida y de la muerte. Nos enfoca en la gloria futura, Ro.8:18

        3. LA FE ES EL PODER DE LA ESPERANZA. v. 1

El secreto de los héroes de la fe de Hebreos 11 está en su esperanza de la recompensa futura. Una vida organizada, impulsada y sostenida con esa convicción, será una vida poderosa que supere todas las trampas de Satanás: la codicia, el materialismo, el desaliento y la pereza.
   La vida del creyente gobernada por su esperanza se caracteriza por el amor al prójimo, el servicio al necesitado, el trabajo diligente en el reino de Dios, y su entrega sacrificial a la causa del testimonio, Col. 1:3-6.

        4. LA FE ES LA GARANTÍA DE LA GRACIA DE DIOS. v. 1a

En la gracia especial de Dios se contienen todos los beneficios de la salvación de Cristo: su perdón, su provisión, su intercesión constante, su cuidado providencial, su protección, su herencia en la eternidad, su gloria.     Y la única manera de apropiarnos de toda esa riqueza espiritual es por medio de la fe. La fe tiene muchos significados: conocimiento, comprensión, convicción, pero en este caso se refiere a la confianza en las promesas de Dios. La confianza en sí misma es un garantía divina.

        5. LA FE ES LA CERTEZA DEL REINO INVISIBLE. v. 1b

    La palabra traducida como “certeza” tiene otras posibles acepciones: demostración, evidencia, convicción, prueba.
    ¿Cómo sé que el CNA está en Churubusco, esq. con Tlalpan? Porque hoy pasé frente a él y lo vi. Mi visión es la prueba.
    La fe es el instrumento óptico espiritual para ver lo que a simple vista no resalta. Así como los lentes son necesarios para ver lo que el ojo natural no puede ver, así  la fe nos permite percibir la realidad del mundo espiritual, el reino invisible.

         6.LA FE ES EL DON PARA AGRADAR A DIOS. v.2

Este verso es el título que señala la rotonda de los hombres de fe, encabeza una lista de 21 epitafios comenzando con la frase “por la fe…” Ellos y ellas tienen una cosa en común: su fe, una fe que obra por el amor (Gál. 5:6).
    Aquí es importante recordar que la fe es un don de Dios, no una virtud humana: Jn. 6:29; Ro. 12:3; Ef.2:8; He.12:2; Ro.1:19.
    Fuimos creados para agradar a Dios, para adorarle, servirle y representar su reino en la tierra, pero nadie puede hacerlo sino con el poder de la fe (v.6; 1 Jn. 5:4,5).

            7. LA FE ES EL INSTRUMENTO PARA ENTENDER EL MUNDO. v. 3

 El mundo físico está fuera de la capacidad de nuestros cinco sentidos para ser entendido, a menos que nuestros sentidos sean potencializados mediante instrumentos científicos.De la misma manera, el mundo, en su dimensión espiritual, no puede ser entendido por nuestras facultades naturales, necesitamos instrumentos especiales como la Escritura y la fe. Las huellas dactilares de Dios en su creación pueden ser vistas claramente solo por medio de los lentes de la fe (Ro.1:20). 

Dice el catecismo de Heidelberg, en su pregunta 32: 
    Pregunta: ¿Por qué te llaman Cristiano (a)?
    Respuesta: Porque por la fe soy miembro de Jesucristo y participante de su unción, para que confiese su nombre y me ofrezca a Él, en sacrificio vivo y agradable y que en esta vida luche contra el pecado y Satanás con una conciencia limpia y buena y que, después de esta vida reine con Cristo eternamente sobre todas las criaturas.

Pastor Moisés Brito Valeras

martes, 23 de julio de 2013

LA FE DE ABEL


Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín, por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Hebreos 11:4
      1. LA FE ES LA CAUSA DE UNA VIDA JUSTA

La revelación, la oración y la ofrenda, son elementos fundamentales en la práctica de cualquiera de las religiones. Todo adorador es naturalmente un ofrendante. La ofrenda es un acto espontáneo de un corazón agradecido con Dios.
    Sin embargo, la Biblia hace una separación radical entre las ofrendas aceptables y las no aceptables: Dice en Pr. 15:8 “El Señor aborrece las ofrendas de los malvados, pero se complace en la oración de los justos”. La ofrenda, como acto de adoración a Dios, sólo es aceptable si viene de una persona justa.
    ¿Era Abel una persona justa? Sí. Así lo testifica Jesús en Mt.23:35: “Desde la sangre del justo Abel hasta la de Zacarías. El apóstol Juan también dice: No seamos como Caín que, por ser del maligno, asesinó a su hermano. ¿Y por qué lo hizo? Porque sus propias obras eran malas, y las de su hermano justas.”  (1Jn.13:12). La ofrenda es aceptable cuando viene de un corazón recto, motivada por un deseo justo, y cuando representa una vida de obras justas.
    ¿Cómo se llega a ser justo? La Biblia dice que es por la fe en Cristo (Ro.5:1). Las buenas obras son resultado de la fe (He.10:38).

  1. LA FE ES EL MOTIVO PARA UN SACRIFICIO MEJOR
Parte esencial de la vida de un justo es adorar a Dios. Tanto Caín como Abel se presentaban ante Dios para adorarlo con su ofrenda. Caín trae parte de su cosecha y Abel de los primogénitos de su rebaño. Gran parte de los estudiosos de la Biblia ponen, equivocadamente, sus ojos en las ofrendas para buscar la razón de su aceptación. Dios pone sus ojos en sus oferentes.
    Dios dijo a Caín “Si, haces bien, ¿no serás aceptado? (Gn.4:7). Es el oferente el que tiene que ser aceptado para que su ofrenda sea aceptable. La actitud de Caín era pecaminosa, la actitud de Abel era correcta.
    No se trata de que la ofrenda de Abel fuera más grande, más valiosa, o porque se tratara de una oveja, ya que no hay una legislación previa para discriminar.
    La Biblia en este y otros muchos pasajes, dice que lo que hace a la ofrenda agradable es la fe. “En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios” (He.11:6). “Y todo lo que no proviene de fe, es pecado” (Ro.14:23). “Dios ama al dador alegre” (2 Co.9:7).

  1. LA FE ES LA FUERZA PARA UN TESTIMONIO DURADERO
“La muerte no es nunca la última palabra de la vida del justo.” (Moffatt). Toda persona que abandona este mundo deja un germen que crecerá, sea bueno o sea malo. Si es un mal testimonio puede que crezca como un cáncer, si es un buen testimonio crecerá como una bella flor.
    Es verdad que la Biblia hace muchas referencias a la sangre de Abel (Gn.4:10; Mt.23:35; Lc.11:51: He.12:24), pero lo que el autor de Hebreos enfatiza no es la venganza que exige la muerte injusta de Abel, sino su fe.
    ¿De qué habla Abel muerto? Del poder de una fe recibida por gracia, que resulta en una vida de integridad, generosidad, armonía con sus padres y una fidelidad a Dios hasta la muerte. Habla de una victoria sobre el pecado. Habla también de la ferocidad del pecado que había invadido al mundo. Pero lo más hermoso de su mensaje es que el amor de Dios persiste después de la muerte, pues Dios “fue movido por su violenta muerte a tomar represalia (Calvino).

Si hay algo que debe reactivarse en nuestra vida en este tiempo, eso es nuestra fe. Nuestra fe es una pequeña llama expuesta a los vientos del mal. La fe languidece ante el cansancio, el dolor, el sufrimiento por la injusticia, la desesperación de las carencias y la pérdida de seres queridos. Esta era la realidad de la fe de los hebreos.
    Abel ilustra la vida justa, la vida que agrada a Dios. Aunque el pecado continuamente tocaba a su puerta, y veía cómo su hermano mayor Caín se entregaba al pecado, él no perdió la confianza en Dios, quien le fortalecía para mantenerse fiel.
   Abel combatió contra la dureza de un mundo bajo maldición, y mantuvo su esperanza en la recompensa de un Dios amoroso. En esto consiste la vida vigorosa que proviene de la fe: “Así que no pierdan la confianza, porque ésta será grandemente recompensada. Ustedes necesitan perseverar para que, después de haber cumplido la voluntad de Dios, reciban lo que él ha prometido. Pues dentro de muy poco tiempo, «el que ha de venir vendrá, y no tardará. Pero mi justo vivirá por la fe. Y si se vuelve atrás, no será de mi agrado.»”. (He.10:35-38)

Pastor Moisés Brito Valeras